Ortega Cano poco a poco se va recuperando, según cuenta su familia, que desde que ocurrió el accidente ha atendido con gran entereza y amabilidad a la prensa.
Su mejoría es lenta, pero todo apunta que el diestro no va a tener que someterse a más intervenciones quirúrgicas por el momento, ya que se ha descartado la que en un principio le iban hacer en la pierna izquierda. Dentro de unos meses le operarán del colon.
Esa es la parte buena, pero desgraciadamente no es la única porque el torero anímicamente está destrozado desde que se enteró del fallecimiento de Carlos Parra, al que conocía personalmente. Los psicólogos están muy pendientes de él y son del todo conscientes del gran trabajo que tienen que desempeñar para sacar al diestro adelante.
Los abogados del fallecido, consideran que a falta del informe técnico de la Guardia Civil, las llamadas recibidas al 112, alertando de conducción temeraria, y el informe toxicológico son pruebas definitivas para imputar al diestro de homicidio por imprudencia, y otro contra la Seguridad Vial.
Por su parte los letrados que defienden a Ortega dicen que estas pruebas no son suficientes. El caso es que el maestro conducía a una velocidad muy por encima de lo permitido, 126 Km. por hora.
Tras el alta médica, todavía queda mucho por delante y el que fuera marido de Rocío Jurado no va a tener más remedio que ser fuerte para afrontar el tener que ver a la familia Parra, el juicio por el accidente, y todo lo que conlleve.
Al menos su familia estará como hasta ahora, dándole su apoyo y su cariño.