A Ortega Cano, cada vez se le complican más las cosas, su precaria salud, ahora se ve más disminuida a consecuencia del herpes – Zóster, que padece desde hace unos días.
Por éste motivo, los médicos que le atienden en la clínica sevillana de Virgen Macarena, han decidió posponer la operación, que estaba prevista para hoy, ya que tiene una gran infección y mucha fiebre.
Todo esto puede ser debido a los nervios, y por los malos momentos que está atravesando a raíz del accidente de tráfico, y por el mal trago que tuvo que pasar, hace unos días, cuando tuvo que presentarse ante juez en los juzgados de Sevilla, y no tuvo más remedio que soportar los abucheos de la gente que allí le estaba esperando.
Su hijo José Fernando que no deja a su padre ni un solo momento, cuando oyó todo lo que le gritaban la expresión de su cara lo decía todo. Estaba totalmente horrorizado, y es comprensible, tener que escuchar esas barbaridades, y que encima, se lo llamen a tu padre, tiene que ser muy duro.
Por el momento no se sabe cuándo le podrán hacer la intervención, hay que esperar a que se produzca una notable mejoría.
Ya han declarado los testigos que presenciaron el accidente y sus representantes legales han contado los hechos cada uno desde su punto de vista.
Por una parte los abogados de Carlos Parra a la salida del juzgado declararon que el diestro iba a velocidad elevada, y con las luces largas.
Mientras que los de Ortega Cano, defienden la teoría que iba correctamente por la derecha. Si coinciden las dos partes en que no tomó la curva, y continuó en línea recta.
Éste hecho la defensa lo atribuye a pérdida de control, y la parte acusatoria lo achaca a que la causa fue por la ingesta de alcohol.
Aquí no acaba todo, y ahora se plantea, si el informe de la Guardia Civil, es del todo veraz, ya que uno de los testigos asegura que Carlos Parra circulaba a una velocidad entre 80 y 90 kilómetros por hora, y no a 50 como se dijo en un primer momento.
Cada vez, el caso está más complicado, y el viernes, el juez llamará a los testigos propuestos por la defensa, que aseguran haber estado el día del accidente con el maestro desede las 8 de la mañana, hasta las 10 de la noche.
De éste tema, todavía queda mucho por ver y por saber.