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Carlos Rodríguez Braun

El rigor y los que piden

Lo que es puro escarnio es eso de que Hacienda “pide” dinero al pueblo. No, don Carlos, usted debe empezar por lo más básico, que es reconocer que el Estado no pide nada a nadie: el Estado obliga.

Un editorial de El País sobre los impuestos afirmó: "cabe reclamar austeridad, decisión y el más amplio consenso posible". Ese consenso debería traducirse en acuerdos para activar la economía, y "la contrapartida no podrá ser otra que la contención del gasto público y la elevación de algunos impuestos. Es la hora del rigor". Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda, concluyó en La Razón: "Sin dinero no se podría hacer política ni ninguna otra cosa. Por eso alguien tiene que hacer este trabajo de recaudar. Alguien tiene que hacer el papel menos simpático, que es pedir dinero para poder después gastar". Aquí están pasando cosas raras.

Es raro el concepto del rigor que tiene el editorialista de El País, porque si pide austeridad y freno en el gasto público es porque entiende que el poder político adolece de deficiencias que él mismo debe corregir, y que los ciudadanos no tienen por qué pagar una crisis de la que son inocentes. Si el Estado ha hecho y hace las cosas bien, no tiene sentido reclamarle austeridad, dado que él carece de bienes: todo lo que tiene es lo que extrae de los bolsillos de los ciudadanos. Por tanto, hay que proteger a los ciudadanos y detener la usurpación de su propiedad. Hasta aquí, impecable y riguroso. Pero si esto es así, ¿por qué subir los impuestos? Si uno es riguroso con el poderoso, no puede serlo también con el débil a él sometido. Paradójicamente, tal parece ser la conclusión del editorialista.

Además de paradójica, la mentalidad del señor Ocaña es inquietante. ¿Cómo es eso de que "sin dinero no se podría hacer política ni ninguna otra cosa"? A ver, don Carlos ¿no trata la política de los intereses de la polis? ¿De dónde saca usted que los ciudadanos estamos tan interesados en que el poder nos arrebate lo que es nuestro? Es falso que si el Estado no tiene dinero no se podría hacer "ninguna otra cosa". Al contrario. Si no tiene dinero es que no se lo ha quitado al pueblo, y si no se lo ha quitado, el pueblo puede hacer un montón de cosas con el dinero que después de todo es suyo. Y lo que es puro escarnio es eso de que Hacienda "pide" dinero al pueblo. No, don Carlos, usted debe empezar por lo más básico, que es reconocer que el Estado no pide nada a nadie: el Estado obliga. En caso contrario, va a terminar usted por confundir a la Madre Teresa con la Agencia Tributaria.

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