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Carlos Semprún Maura

Cebrián asalmonado

Le Figarodel martes 24, publicaba en sus páginas salmón (económicas) una entrevista con Juan Luis Cebrián, calificado como el “patrón operacional” del grupo Prisa. Una entrevista de lo mas corriente y moliente en esta sección del diario: cifras, estadísticas, beneficios, acciones, bolsa, expansión internacional, etc. Cebrián anuncia que esperan una rentabilidad superior al 15%, que van a vender “bienes inmobiliarios”, que están comprando periódicos, editoriales, radios y televisiones en América Latina. Todo eso ya lo sabíamos, y conocíamos su alianza con Canal Plus, hoy Vivendi Universal (o sea, no únicamente francesa). Que el Grupo Prisa-Santillana, Sogecable, etc, el Imperio Polanco, para entendernos, vaya viento en popa no es noticia. Lo divertido es que ese discurso ultra capitalista, financiero, mundialista, es el que diariamente vemos atacado enEl País.

Los Estafanía, Vidal-Beneyo (la muñeca ventrílocua de Ignacio Ramonet), Montalbán, Tecglen y su amplia pandilla no cesan de criticar la mundialización, el capitalismo, la bolsa, de los demás, siendo los súbditos de una de las empresas capitalistas europeas más potentes. Es como si los funcionarios de la lucha contra el narcotráfico vendieran droga. Eso, desde luego, ocurre a menudo, pero a veces, pocas, algunos van a la cárcel. Pero ¿quién se va a atrever a criticar al Imperio Polanco, ya que es de izquierdas? Además, propiedad exclusivamente privada –¡y tanto!–, no para de recibir ayudas estatales. Mucho más con el felipismo, y correspondía, claro, pero aún hoy, con el gobierno actual.

Dejemos esa vergüenza nacional para comentar algunas menudencias parisinas. Como era de esperar, las propuestas de la nueva ministra de Trabajo y Solidaridad, E. Guigou, –quien forma parte del clan de las “viudas sicilianas”– sobre legislación laboral, que tienden a multar a las empresas y a encarecer muchísimo los despidos, han defraudado a todo el mundo. El sentido común debería reconocer que eso, o no sirve para nada, o sólo sirve para aumentar los despidos. Si a las empresas, ya agobiadas de impuestos, se les añaden nuevas multas, se verán en mayores dificultades, y consecuencia lógica de esas nuevas trabas, como la experiencia lo ha demostrado en este país desde hace por lo menos veinte años, creará un nuevo aumento del paro.

Pero los comunistas y los verdes, totalmente unidos en su proyecto de sovietizar la economía y la sociedad, claman que no basta, que son medidas insuficientes. Exigen guillotinas. Sus dos líderes más vistosos en el Parlamento, los Verdes Noel Mamère e Yves Cochet (el Rasputín de la ministra Veynet), han unido sus potentes barítonos a los ladridos comunistas. Recuerdo, para alegrar la lluvia, cómo Cochet, hace ya varios meses, interpeló furiosamente al Gobierno para que prohibiera, lisa y llanamente, un bodrio de película yanqui comercial, cuyo estreno se anunciaba a bombo y platillo. Para ellos, la defensa de la “excepción cultural francesa” pasa por la censura y la cárcel. Pues eso, Stalin, tan despreciado hoy, lo hizo mejor y antes, véase el Gulag.

Le toca el turno a Charles Pasqua de estar bajo sospecha judicial. Por lo visto, se pringó con la progresista venta de armas a la progresista Angola ( y, por cierto, el hombre de negocios-traficante de armas, Falcone, sigue en la cárcel). También se le investiga sobre la financiación, tal vez ilegal, de su partido el RPF, escisión del RPR “de” Chirac. Y para que no se diga, una de cal y otra de arena, vuelven las acusaciones contra H. Emmanuelli, diputado PS y ex-tesorero del partido.

Yo pensaba que esas estafas estaban amnistiadas, pero, por lo visto, no. En esos casos, muchos dicen: “robamos para el partido, no para nosotros”. Pues mucho peor. El fraudulento enriquecimiento personal, permanece en la esfera de lo privado, aunque pueda ser castigado. El fraude partidista, en cambio, corrompe toda la vida política de una sociedad.Tous pourris!, dicen los taxistas parisienes, y cosas peores.

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