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Carlos Semprún Maura

Como estaba previsto

Ya que tanto hablan de integración, cabe preguntarse ¿por qué no hay diputados de "origen magrebí", cuando en Francia viven unos cinco millones

Como estaba previsto, el Consejo de Estado, máxima autoridad jurídica, ha prohibido la difusión en Francia de las emisiones de la cadena islamista Almanar, y como estaba previsto, las autoridades del Líbano y de Siria, acusan a Francia de pisotear la libertad de expresión, de ser profundamente racista, y de plegarse a los deseos de Israel. La propia emisora Almanar ha decidido interrumpir la difusión de todas sus emisiones en Europa, pero amenazan con volver. ¿Cómo?, ¿con coches-bomba, terroristas suicidas, o sencillamente, columnas de tanques desde Ankara?
 
Como estaba previsto, prohibir emisiones en las que se califica a los judíos de raza maldita y criminal que difunde el Sida y comete crímenes rituales, sólo puede ser racista para el Islam radical. Y así se explica por qué se destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York, porque allí trabajaba mucho judío... Sin que ambas cosas tengan demasiado que ver, mientras se demuestra una vez más el humanismo antisemita árabe, el novísimo presidente de la UMP, Nicolás Sarkozy, realiza su primera visita a un país extranjero, a Israel. Sería aventurado considerar que esto significa que Sarkozy aboga por modificar algo la tradicional política pro árabe de Francia, pero es evidente que se trata de un viaje con intenciones domésticas, para congraciarse un sector (minoritario) del electorado francés. Como muchos responsables del Consejo Francés del Culto Musulmán, creado por él, se van a indignar es presumible que, para aplacar sus ánimos, Sarkozy proponga cualquier barrabasada. Ya les regaló dicho Consejo, propuso reformar la ley de 1905 sobre laicismo, quiere instalar la "discriminación positiva" y lo que te rondaré, morena. Ya que tanto hablan de integración, cabe preguntarse ¿por qué no hay diputados de "origen magrebí", cuando en Francia viven unos cinco millones. Sería más republicano, más laico y más democrático que hacer carantoñas a los imanes.
 
Que nadie hable más de la decadencia de Francia, de su mediocridad, o de su incapacidad de reformarse. Francia ha recuperado su orgullo nacional, como cuando ganó, el siglo pasado, nada menos que la Copa mundial de Fútbol. Hoy, se trata del "viaducto de Millau", el puente más alto del mundo, que domina el valle del río Tarn, y que, visto en foto, parece estéticamente logrado. Lo malo para la arrogancia francesa, una vez más expresada por el presidente Chirac, en la inauguración de dicho puente, este martes 14: "Somos grandes, porque tenemos grandes viaductos", lo malo, pues, es que el autor de dicha obra maestra es británico, y se llama Norman Foster.
 
Como estaba previsto, esta semana se discutirá en el Parlamento Europeo, y se decidirá, tal vez, en el Consejo de Ministros de la UE, la apertura de negociaciones con Turquía, para su entrada en la UE. Pero esto es tan grave que se merece capítulo aparte.

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