Francamente, me encantó ver por televisión a Martine Aubry, furibunda, despotricando contra los seudosocialistas y seudomodernos que, porque cenan con periodistas o con amigos políticos de izquierda, e incluso de derecha, pretenden apartar de las responsabilidades a quienes han dedicado su vida a militar para que triunfe la izquierda. Todo el mundo entendió, hasta los reporteros de la tele, que se trataba de una diatriba autobiográfica, y en la prensa se precisó que sus iracundos ataques iban dirigidos contra Strauss-Kahn. Pues no sólo contra él, también contra Fabius y todos, son bastantes, los del PS que están hartos de la madre que parió las 35 horas, destruyó los hospitales y otras muchas barrabasadas más, y que, para más inri, fue derrotada en las últimas legislativas.
Esto transcurría en el marco de la reunión del PS, este fin de semana, para preparar el Congreso del próximo mes de mayo. Se anuncia movido. Recordé, en esta ocasión, lo que me había contado Jean-François Revel hace unos meses: cenaba en casa del director del semanario Le Point, con Strauss-Kahn –entonces ministro de Economía y Finanzas–, su colega alemán y otros periodistas. Strauss-Kahn se pasó el tiempo criticando ferozmente a Martine Aubry, entonces ministra de Trabajo, Sanidad, Solidaridad y no sé qué más. Por lo visto, los convidados se extrañaron del odio manifestado por Strauss-Kahn contra una colega en el Gobierno y compañera de partido. ¿Cómo podían trabajar juntos en esas condiciones? Pues con los políticos ocurre que si la ocasión se presenta y las condiciones lo exigen, todos tragan las culebras necesarias para volver a chupar del exquisito bote del poder.
Me entero, por un suelto en Le Fígaro, de que el Gobierno Raffarin estaría dispuesto a contribuir con subvenciones para que pueda celebrarse dignamente, o sea millonariamente, el próximo Foro Social Europeo Antimundialización, que tendrá lugar en París el mes de Noviembre, y está organizado nada menos que por ATTAC, ese conato de Internacional Comunista new look. Ese Foro va a costar cuatro millones y medio de euros. A los anticapitalistas modernos también les gusta el champán, y ya tienen promesas de ayuda de la alcaldía de París, socialista, de la de Saint-Denis, comunista, y de otros consejos regionales de izquierda, lo cual tiene su lógica, como tiene su lógica (siniestra), que en todos esos lugares, con la reciente racha de frío, murieran varios vagabundos y mendigos, porque, claro, no tienen dinero para ocuparse de esos miserables, ya que lo dedican a comprar, gastando millones, “loros artísticos” y a subvencionar Foros que pretenden luchar contra la miseria, mediante guateques con café, copa y puro. Y el gobierno Raffarin, sometido al chantaje de lo políticamente correcto, parece dispuesto a rajarse y a subvencionar a quienes actúan para liquidar a las derechas, restablecer la planificación socialista de la economía y aumentar dialécticamente la miseria por doquier. Porque así fue.
Me doy cuenta de que no he hablado de la gran jornada mundial contra la guerra a Irak, tal vez porque en París fue un fracaso rotundo: seis mil manifestantes. ¿Será porque los parisinos están hartos de manifestar todos los sábados para nada, o no tragaron las consignas antiyanquis? Veremos.
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