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Carlos Semprún Maura

El Nazi Papón

“El nazi Papón liberado”, titulaba El País, con el doble objetivo de presentarse como el Tribunal Permanente de la Historia y, más concretamente, señalar que la derecha francesa, como las otras, libera a los nazis, colabora con los nazis, es nazi “en el fondo”. Pero si Papón es o fue nazi, toda Francia lo fue, o al menos toda la administración estatal francesa, incluyendo a Mitterand, quien ocupó cargos muy superiores al de Papón, en la jerarquía de Vichy, ya que todos los secretarios generales de todas las prefecturas de Francia ocupada por los nazis de 1940 1944, hicieron lo mismo que él, firmaron esos documentos administrativos para dar el visto bueno, el sello legal a la deportación de los judíos de su ciudad o región hacia los campos de exterminio. Todos, salvo uno: el secretario general de la Prefectura de Toulouse (Tolosa), se negó a firmar esos papelitos de muerte, dimitió y desapareció. Es una lástima no conocer el destino de este funcionario con alma, el único a negarse a ejercer de lacayo de Vichy y de sus amos nazis.

En 1944, De Gaulle, el “primer resistente”, el jefe de la Francia Libre, que había sido condenado a muerte por Vichy por “alta traición”, se opuso a “depurar” radicalmente las administraciones francesas que habían colaborado con los nazis –Papón fue uno más– para no añadir al relativo caos de Francia recién liberada, el caos de una ausencia absoluta de administración que hubiera traído consigo una depuración radical. Ayer obedecían a Petain y Laval, hoy me obedecen a mí, son funcionarios, debió decirse, con razón. Además, Papón, como otros funcionarios, como el infinitamente más culpable René Bousquet, ya que fue nada menos que secretario general de la policía de Vichy (y amigo íntimo de Miterrand), al compás de las victorias aliadas en todos los frentes, cambiaron discretamente de uniforme, y rindieron algún servicio a la Resistencia para poder presentarse como gaullistas a la Liberación.

En ese contexto históricamente ambiguo, en el que tantos petainistas se convirtieron en gaullistas (o comunistas), cuando la victoria Aliada se hizo evidente, cabe preguntarse ¿por qué ese ensañamiento contra Papón, ya que toda la administración estatal colaboró, ya que todos los secretarios generales de las prefecturas, salvo uno, hicieron lo mismo? La explicación tal vez sea que él fue prácticamente el único funcionario de Vichy quien realizó después de la guerra una brillante carrera pública y política: prefecto de París, diputado, ministro del Presupuesto, etc, y por lo tanto, los “justicieros”, asociaciones de hijos de deportados judíos muertos en los campos nazis, organizaciones antirracistas, etc, han visto en él el símbolo más evidente de una colaboración con los nazis aceptada y perdonada.

Desde luego, Francia no ha saldado esa página negra de su Historia. Sabido es que Papón ha salido de la cárcel, beneficiándose de una ley, propuesta por Bernard Kouchner, cuando era ministro de Jospin, que permite excarcelar a presos ancianos y enfermos. Ley humanitaria, desde luego, pero resulta que por ahora sólo Maurice Papón se ha beneficiado de ella. Vayamos a lo esencial: hoy día, Papon tiene 92 años, acaba de pasar tres en la cárcel, ¿es absolutamente imprescindible que muera en chirona? No se trata de eso, se trata, removiendo viejas basuras de hace sesenta años, de ocultar al máximo, el nuevo, pujante y peligroso antisemitismo de izquierdas de hoy. En nombre de los buenos sentimientos antirracistas ¡no faltaba más!

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