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Carlos Semprún Maura

Escaramuzas de primavera

Con un cielo azul de primavera y un frío casi invernal, París, como otras ciudades francesas, asistió este fin de semana a dos manifestaciones opuestas. Era el sábado por la tarde, pero es preciso señalar que todos los sábados por la tarde hay manifestaciones en París: los verdes, los rojos, los peluqueros, las enfermeras, los ciclistas, los médicos, los motoristas, los policías, los pensionistas, los sindicatos, los gays, los propalestinos se manifiestan los sábados por la tarde. Pues éste sábado seis, cincuenta organizaciones de izquierda lanzaron su ritual manifestación propalestina. Sacando un promedio de las diferentes estimaciones, eran unos 20.000. Yo les ví pasar por el Bul Mich, encapuchados a la palestina, iracundos, aullando: “¡Los judíos al mar!”. No oí, como en otras ocasiones “¡Mueran los judíos!”, pero sólo estuve allí un momento.

El domingo por la tarde, en la manifestación pro Israel fuimos cien mil. Según el cálculo habitual: cuando la policía anuncia 53.000 manifestantes, son más, cuando los organizadores anuncian 150.000, son menos. De todas formas fue una manifestación impresionante, y alegre, con muchas canciones, y bastante humor en las consignas aulladas por altavoz. A mí me encantó una pancarta que rezaba: “José Bové, terrorista transgénicamente modificado”. Pero que los pocos amigos con que cuenta Israel en Europa, aparte de los judíos, y no todos, no se hagan demasiadas ilusiones, porque si este fin de semana fueron más numerosos, esto puede deberse al hecho de que las manifestaciones pro palestinas, siendo infinitamente más frecuentes, muchos habrán pensado: “pero si ya me manifesté hace quince días”, y se quedaron en casa. Teniendo en cuenta la muchedumbre, yo no ví a ningún famoso, pero sí a centeneras de jóvenes bellezas mediterráneas, que se parecían a bellas... palestinas, pero por la prensa me entero que también desfilaron intelectuales y artistas judíos conocidos, y dos candidatos, entre los más humildes, a las presidenciales: el liberal Alain Madelin.... y la ecologista independiente Corinne Lepage. Al final de la manifestación hubo algún disturbio, sin gravedad, pero la prensa desorbita la puñalada a un comisario de policía, sin precisar, claro, ni porqué, ni por quién.

Esta importación político-simbólica del conflicto israelo-palestino a tierras francesas, molesta muchísimo a los dos principales candidatos, Chirac y Jospin. ¿Cómo aprovecharlo para ganar votos? Según las estadísticas, los franceses de “origen musulmán” son 5 millones, los judíos 600.000. Pero su capacidad de movilización contra el antisemitismo en alza y la defensa de Israel, les desconcierta. Es probable que cierren las puertas de sus comercios y pongan en la vitrina una pancarta: “Defensa de los valores republicanos”. No es seguro que sea suficiente.

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