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Carlos Semprún Maura

Historias del hampa

Me parece una buena trama para un guión o una novela policíaca. He aquí el asunto: un importante traficante de droga, de armas, de prostitución, de Niza, un capo mafioso, se diría, del otro lado de la frontera había lanzado un contrato de un millón de francos (25 millones de pesetas), para quien asesinara al fiscal general de esa ciudad, Eric de Montgolfier, conocido por su firmeza e intransigencia. Pasaron los meses y nada, nadie atenta a la vida del magistrado. ¿Qué ocurrió? Pues es bien sencillo, el matón que había aceptado dicho “contrato” (no se nos dice si militó en el ala izquierda del hampa, o sea en los GAL) fue víctima de un ajuste de cuentas entre bandas rivales, y murió, antes de poder matar y cobrar.

No sé por qué, pero a mi esta historia me encanta. Hay que precisar que Niza y toda la Costa Azul, es un territorio predilecto del hampa. Allí se mezclan y se matan mafiosos italianos –quienes por lo visto poseen Mónaco, su casino y sus princesas, y casi el monopolio de la construcción–, bandas corsas y bandidos indígenas. Y claro otros casinos, discotecas, turismo de copete, prostitución y drogas. Entrevistado por televisión Montgolfier se hizo el modesto: “Es absurdo, matarme no hubiera servido de nada, se hubiera nombrado a otro para el cargo”. ¡Ay¡ señor fiscal, usted sabe mejor que nadie, que en Niza, o en Cannes, o en Marsella (o en Madrid), hay fiscales que se pueden comprar, o alquilar.

Siguiendo con las historias del hampa, hoy comienza el 31º Congreso del PCF. De él no va a salir nada nuevo, el partido comunista está en decadencia absoluta, y además profundamente dividido, entre los que apoyan el viraje “socialdemócrata”, sin nombrarlo, y los cinco o seis jóvenes, que tienen envidia de los trotskistas, porque meten más ruido que ellos, y además pueden insultar a Jospin, y al “reformista” PS, lo que no pueden hacer los mayores, con tantos ministros en el gobierno. Todo se limitará a un reparto de papeles, Robert Hue pasará a ser Presidente del PC y candidato a las elecciones presidenciales, y Marie-Claude Buffet, secretaria general. No se nos dice si una vez nombrada para ese prestigioso cargo de gerente de una casa vacía, abandonará su cartera de Juventud y Deportes, desde donde intentó encarcelar a todos los ciclistas profesionales, y quedó, también ella, congelada, cuando recibió en la cara latas de Coca-Cola, a los gritos de ¡Viva bin Laden!, durante el partido Francia-Argelia.

En cuanto a Robert Hue, se hizo famoso cuando lanzó una campaña contra los marroquíes en Montigny-les-Cormeilles, burgo del que era, y es, alcalde, acusándoles de tráfico de drogas, lo que los tribunales desmintieron, pero la operación tuvo éxito, los marroquíes se asustaron y se largaron. Hay que saber que todos los alcaldes comunistas ejercen un apartheid “antimoros” en sus municipios. Pero dejémonos de cuentos de hadas, el problema esencial del PCF es un problema de dinero, sin la URSS, sin militantes, con apenas diputados y alcaldes, para subsistir tienen que contar con el PS, sus subvenciones estatales y sus mangoneos electorales, para que los socialistas les permitan mantener algún cargo electo y pagado. El PS es su máscara de oxígeno, pero la desaparición de la URSS es la causa de su coma permanente.

En las discusiones en el Parlamento, o en los medios informativos, sobre cuál debería ser la postura y el grado de participación de Francia en la guerra contra Afganistán, dos cosas han quedado claras: los dirigentes galos defienden con entusiasmo una participación cero, y Francia se ha quedado sin ejercito.

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