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Carlos Semprún Maura

Lamparitas en la niebla

Después de los atentados terroristas en Kenia y del intento fallido de hacer explotar en pleno vuelo un vuelo charter israelí, he notado con interés un inicio de protesta y de polémica en los medios informativos franceses. Aún muy minoritario, desde luego, pero estoy seguro de que ese grito de protesta va a ampliarse. Porque, la verdad sea dicha, la mayoría de la prensa “explicaba” esos atentados con tanta benevolencia que lindaba a veces con el entusiasmo; y por lo tanto, oír por radio criticar la “política árabe” de Quai d’Orsay, desde hace 30 años (en realidad son más, desde el final de la guerra de Argelia, en 1962, y la inició de Gaulle), poner firmemente en tela de juicio el apoyo sistemático y sin matices a los “palestinos” junto a la condena sistemática de Israel, con sus ribetes antisemitas; criticar asimismo la tan difundida tesis según la cual el terrorismo sería el fruto de la desesperación y de todas formas la culpa de todo la tienen Bush y Sharon; estas opiniones críticas, aunque sean minoritarias, demuestran, sin embargo, que el conformismo progre que supura la izquierda, ya que está bastante difundido en las filas gaullistas, no ha logrado aplastar del todo el espíritu crítico y la voz democrática. También me alegré, leyendo el otro día, y además en Le Monde, una carta abierta de un grupo de militantes y simpatizantes socialistas, increpando al PS por su apoyo al tirano Castro, y metiéndose deliciosamente con el “siniestro Ignacio Ramonet”. Pues bien, esto me confirma que no todo está podrido en el Reino de Dinamarca.

Mientras tanto, el pasado fin de semana, los señoritos de ATTAC celebraban su congreso y presentaban su nueva dirección, claramente comunista, y desde luego no elegida, no tienen tiempo que perder con esas costumbres burguesas y formales. Le Figaro de este lunes parecía extrañarse, porque son muy críticos con la derecha y con la izquierda. ¡Toma!, si son leninistas y su proyecto es la creación de una nueva KOMINTERN, y para ello buscan desesperadamente algún obrero, que no tienen. Para ellos, el PS sigue siendo socialtraidor, como en los buenos tiempos de “clase contra clase”, y además está infectado del virus neoliberal. Lo cual no les impide hacer “entrismo” en el PS, para recibir apoyos y subvenciones.

Pero este fin de semana estuvo mediáticamente dominado por la entrada de Alejandro Dumas en el mausoleo del Panteón. En realidad, fue un regalo que Chirac se hizo a sí mismo, para su cumpleaños. Cumplió setenta. Le Monde consideraba que la ceremonia fue un símbolo fuerte y republicano de la Francia “mestiza”. Yo no veo muy bien por qué el hecho de que Dumas tuviera algo de sangre negra, como Pushkin abisinia, convertiría a Francia en “mestiza”. Otros motivos habrá, si es que los hay, pero también es cierto que Francia fue un imperio colonial. ¿A eso se refieren? Resulta que si Dumas tenía algo de sangre afroamericana, se dice ahora, eso no le impidió ser un negrero, hablando en términos literarios; o sea, que utilizó tal cantidad de negros que sendos estudios no han logrado aclarar con precisión cuáles de sus obras las escribió él, y cuáles las firmó, habiendo sido escritas por otros. Pero bueno, tramposo, aventurero, republicano, talentuoso, garibaldiano, gourmet y algunas cosas más, es cierto que Alejandro Dumas fue un personaje fuera de lo común, y su llegada triunfal al Panteón, ni pone, ni quita nada a su gloria relativa.

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