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Carlos Semprún Maura

Las uvas de la IRA

Se nos dice que son necesarios más reglamentos y más control en las finanzas mundiales y cabe preguntarse, ¿qué hacen el FMI, la OMC, la Reserva Federal norteamericana, los Bancos centrales, el G8, la Comisión Europea, etc.?

En el último sondeo que conozco, realizado entre electores y simpatizantes del Partido Socialista francés, el preferido por los encuestados para dirigir el partido a partir de noviembre y además ser candidato a las presidenciales en 2012 era Dominique Strauss-Kahn, seguido por Bertrand Delanoë y, bastante detrás, Segoléne Royal y Martine Aubry. Pero esto fue poco antes del show erótico-papanatas de Royal en el Zenith, cuyo impacto todavía se desconoce. Esperemos que sea su tumba política definitiva, pero no es seguro, dada la gran cantidad de papanatas que hay por ahí.

Pero resulta que Strauss-Kahn dirige el FMI y si resulta elegido primer secretario, tendrá que dimitir. Por cierto, no sé si ha hecho algo, pero no ha dicho nada sobre la crisis financiera y económica (por ejemplo, el paro vuelve a aumentar en Francia, menos que en España, pero aumenta). Se nos dice que son necesarios más reglamentos y más control en las finanzas mundiales y cabe preguntarse ¿qué hacen el FMI, la OMC, la Reserva Federal norteamericana, los Bancos centrales, el G8, la Comisión Europea, etc.? No faltan los reglamentos y los controles, más bien sobran. Los que existen serán "malos", poco eficaces, obsoletos, pero son numerosos.

De todas formas, dudo que estos organismos sean capaces de terminar con el pánico que se ha apoderado de amplios sectores de la población en los Estados Unidos y en Europa. Cuando los clientes de un banco, o de una caja de ahorros, retiran su dinero para esconderlo bajo sus colchones (granes oportunidades para los ladrones), estos establecimientos están abocados a la quiebra.

Los medios también tienen su responsabilidad en esta situación. Demasiadas veces pierden la serenidad y son exageradamente alarmistas. Tomemos Le Figaro por ejemplo. Ayer martes titulaba a toda plana: "Las Bolsas se derrumban", "lunes negro", etc. Leías ese diario y se te caía el alma a los pies, como suele decir tía Mercedes. Y resulta que hoy esas mismas bolsas recuperan sin que el Parlamento de los Estados Unidos haya votado nada aún.

La verdad es que, desde que Etienne Mougeotte es el nuevo director de la redacción, ese diario ha perdido mucho. Junto a un exagerado catastrofismo, que comparte con la mayoría de los medios informativos, todo son loas, alabanzas y piropos para Nicolas Sarkozy. Como si en un paisaje gris, tirando al negro, de las finanzas mundiales, se alzara la figura del Presidente Sarkozy, el Salvador, el Líder Máximo. Esta coba continuada me irrita tanto como la critica sistemática y sectaria a todo lo que diga, o haga, el presidente por parte de Le Monde, Liberation, Marianne, Le Nouvel Obs, etc.

Si es cierto que lo han nombrado a Mougeotte por ser ultra sarkozista, les ha salido el tiro por la culata, porque lo es demasiado. Además, su tono no encaja en un diario tradicionalmente conservador, moderado, y un poquitín liberal (sólo a veces). Basta tener presente que antes de ser director deLe Figaro, Mougeotte fue jefe de programas de TFI, la primera y la peor de las cadenas de televisión francesa.

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