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Carlos Semprún Maura

Liberación bajo fianza

Hoy todo el mundo lo sabe pero hace apenas unas horas nadie podía siquiera imaginárselo. Los periodistas franceses Georges Malbrunot y Christian Chesnot, han sido liberados por el Ejército islámico de Irak y se espera su vuelta a París en muy pocas horas. Le pilló de sorpresa al propio Chirac que tuvo que interrumpir sus vacaciones navideñas en Marruecos para salir en la foto. El primer ministro Raffarin tampoco se lo esperaba. Tuvo que abandonar un debate en el Senado para anunciar la buena nueva. Los medios también quedaron sorprendidos pero, casi en seguida, se recuperaron y prepararon programas interminables sobre el secuestro. Una vez más se demuestra la ventaja de la radio y la televisión sobre la prensa escrita.
 
Es, indiscutiblemente, una buena noticia para los periodistas, que llevaban secuestrados cuatro meses, es buena noticia para sus familiares y amigos, es, en definitiva, una buena noticia en sí. A quien no puedo olvidar ahora es al resto de secuestrados, de rehenes torturados y degollados. Tampoco puedo evitar hacerme preguntas sobre las repercusiones políticas de este secuestro y de su posterior liberación. La fecha es, obviamente, simbólica, estamos en vísperas de la Navidad y los liberados es de suponer que tendrán felices pascuas. Dejando a un lado el autobombo oficial sobre lo buena que es la diplomacia francesa y sus servicios de inteligencia, los secuestradores han hecho lo que les ha dado la islamísisma gana. Y, a menos de pagar un rescate, los franceses no han hecho nada salvo esperar. La moraleja que, sin embargo, partidos políticos, gobierno y prensa presentan es la siguiente: gracias a la política proárabe de Francia los secuestrados han sido liberados por lo que hay que profundizar en esa política de amistad con los árabes.
 
Pueden hacerlo, pero no demasiado porque los fundamentos laicos y republicanos del país constituyen obstáculos. Ya se vio con el lío de los pañuelos en las escuelas, con la prohibición de emitir a la cadena Al Manar o con el viaje de Sarkozy a Israel. Por otro lado el debate sobre el ingreso de Turquía en la UE sigue abierto, y en el Parlamento ha quedado claro que muchos diputados, incluyendo los de la mayoría, se niegan a que los turcos sean ciudadanos de la Unión Europea.
 
Pasadas la fiestas navideñas no me extrañaría en absoluto que las primeras declaraciones de los dos periodistas recién liberados consistan en atacar violentamente a los Estados Unidos. Esta, quizá, podría ser una de las fianzas de su inesperada liberación.

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