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Carlos Semprún Maura

Ma non troppo

Súbdito de la moda, Sarkozy no sólo ha recibido a Dama Ecología, sino también a Dama Paridad, y para llegar a siete ministras en un gobierno de quince ha nombrado a Roselyne Bachelot y Christine Boutin, cuya incapacidad hace años que está demostrada.

Allegro ma non troppo, para emplear la lengua que los italianos impusieron en la composición musical. Me parece que el nuevo Gobierno da una buena imagen de lo que será la próxima política francesa, reformista con moderación. Puede que sea la única forma posible de hacer cambios, poquito a poco, teniendo en cuenta los corporativismos, los privilegios adquiridos y la pesadez burocrática y conservadora que domina el país desde 1944 (la Liberación), pero puede que no se reforme nada serio. Aunque la victoria de Sarkozy en las presidenciales y la victoria anunciada de su mayoría en las legislativas del 10 y 17 de junio demuestran que muchos franceses se han convencido de la necesidad de hacer cambios.

Lo primero que llama la atención es que al igual que los sondeos acertaron en cuanto a la victoria de Sarkozy en las presidenciales los rumores dieron en el blanco en cuanto a la composición del nuevo Gobierno. No hay sorpresas. François Fillon, eficaz, ponderado, primer ministro; Jean-Louis Borloo, voluntario, inventivo, ministro de Economía y Finanzas; Michelle Alliot-Marie pasa de Defensa a Interior. No es lo mismo, Interior será un ministerio mucho más conflictivo.

¿Cuáles son las incongruencias de este Gobierno? Alain Juppé, para empezar, número dos del Gobierno con un gran ministerio tan virtual como poético: ministro del viento y la lluvia, del sol y de las mareas. Un gran ministerio que sigue la moda ecológica, totalmente supersticiosa y acientífica. Acaba de reunirse nada más empezar con farsantes como Nicolas Hulot y Edgar Morin. Menos mal que no pretende suprimir la energía nuclear civil.

Sin ser sorpresa, el nombramiento de Bernard Kouchner como ministro de Asuntos Exteriores es lo más divertido de este Gobierno. No hay duda de que es un trepa, pero sumamente ingenuo: hace meses que recorre los platós de televisión, gimiendo: "Quiero ser ministro, ¿por qué no me nombran ministro?". Ya lo es. Sus opiniones son mucho más sensatas que las de todos sus predecesores en el cargo, pero opinar y gobernar no es lo mismo. El Partido Socialista, furibundo, le ha expulsado fulminantemente, insultándole, pero el 72% de los franceses le aplauden y sus viejos amigos de Le Monde le ofrecen tribunas para que pueda explicar por qué no ha "traicionado" a nadie.

Comentaré en otra ocasión la división de la UDF y la muerte política de François Bayrou, para terminar con la "cuestión femenina". Desgraciadamente, súbdito de la moda, Sarkozy no sólo ha recibido a Dama Ecología, sino también a Dama Paridad, y para llegar a siete ministras en un gobierno de quince ha nombrado a Roselyne Bachelot y Christine Boutin, cuya incapacidad hace años que está demostrada. En cambio, las nuevas ministras Rachida Dati, Valérie Pécresse y Christine Albanel han demostrado durante la campaña, y antes, su inteligencia, su profesionalismo y su firmeza.

Desde el punto de vista mediático gana la Palma de Oro, como se dice en Cannes, la petite Fadette marroquí, de una familia humilde de doce hermanos, padre marroquí, madre argelina. Pero Rachida Dati, la nueva ministra de Justicia, ha demostrado ser eso y mucho más que eso. La de Universidades e Investigación, Valérie Pécresse, se enfrenta a uno de los apartados más peliagudos de la reforma. En cuanto a la escritora Chirstine Albanel, lo único que lamento es que Sarkozy y Fillon no se hayan atrevido a suprimir el Ministerio de Cultura, que ha congelado la creación. Se merecía otra cosa. À suivre.

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