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Carlos Semprún Maura

Ni guerra, ni paz

Entrevistado por TF1 (la cadena privada de televisión, la peor y, por lo tanto, la más popular), Vladimir Putin confirmó la ambigüedad que ya había notado en sus declaraciones en Berlín. Sí, había que explorar todas las vías pacíficas para desarmar a Irak, pero... Ese “pero” flotaba en todas sus frases, como cadáveres de perros en ríos revueltos. Pero tampoco se trata de enfrentarse a los USA. Sólo estuvo tajante y mordaz cuando declaró que había que liquidar hasta al último terrorista en Chechenia. Y el ministro de Exteriores ruso, Igor Ivanov, en una entrevista a Le Figaro este miércoles, reafirmaba que si la guerra contra Irak conlleva peligros y sólo puede concebirse como “último recurso”, ni hablar de romper la solidaridad con los USA, “en la lucha contra el terrorismo”. Cabe preguntarse si la lucha contra el terrorismo no pasa por Irak, precisamente.

Mientras tanto, y como si no quisieran entender los “matices” rusos, los medios franceses siguen presentando a Chirac como el líder mundial de la paz y el más prestigioso adversario de Bush. Un triste plagio del general de Gaulle. Mucha gente se pregunta si Francia opondrá su veto en el Consejo de Seguridad. Está visto que Rusia no. Francia ya lo ha hecho en la OTAN, junto con Alemania y Bélgica, a propósito de un posible rearme de Turquía. Ya que cito ese país, aprovecharé para precisar que si algunos defendemos la solidaridad democrática con los USA, eso no significa un seguidísimo cerril. Por ejemplo, lo afirme o no la Casa Blanca, Turquía no es europea. Punto.

Pero Francia sufre éstos días de un chovinismo delirante, y eludiendo el hecho de que son 18 los países europeos que se han opuesto a la política pro irakí de París y Berlín, arremeten contra Blair, Berlusconi y Aznar ¡no faltaba más! Son bien conocidos los lazos redaccionales y empresariales entre Le Monde y El País, pero la reciente actitud de Le Fígaro es lamentable. Es cierto que su corresponsal en Madrid, Diane Chambon, parecía, desde siempre, no tener otras fuentes de información que El País y la SER, pero al menos no insultaba a Aznar, como lo hace ahora, siempre en torno a la “crisis irakí”.

Comparada con esta crisis –porque la guerra es algo tremendo, el problema reside en saber cuándo es necesaria– la política interior francesa resulta bastante sosa. Se prohíbe la venta de tabaco a los menores de 16 años y en el Parlamento se discute una nueva ley electoral para las próximas regionales y europeas, que de hecho eliminaría a los pequeños partidos para favorecer el bipartidismo. Claro, los pequeños partidos protestan en la Asamblea Nacional cuando tienen diputados, y en la calle cuando no los tienen, como es el caso del Frente Nacional.

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