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Carlos Semprún Maura

Petróleo y cinismo

Todos los fines de semana, un rincón de mi barrio se politiza: se exigen a gritos firmas contra los USA, se distribuyen octavillas, se vende prensa progre, todo un batiburrillo bastante hediondo, pero el otro día ocurrió algo insólito: un grupo de muchachos repartía una octavilla firmada por el “Comité de Coordinación del Movimiento Estudiantil Laico por la Democracia en Irán”, en el que se denunciaba abiertamente la política francesa. Lo cual exige indudable valentía, no sólo por el entorno hostil, ya que la “diplomacia” francesa es unánimamente aplaudida, sino también porque en su condición de estudiantes extranjeros, criticando al gobierno francés, se arriesgan a represalias, como ocurrió con los “combatientes del pueblo” encarcelados, (pero liberados por la Justicia). De eso no se habla en la octavilla, que comienza así: “Durante su viaje a Irán, el 24 de Abril de 2003, el señor Dominique de Villepin felicitó a la República islámica por los progresos realizados en materia de derechos humanos, en Irán”. Y continúa relatando las atrocidades que se cometen a diario y en público en su país: mutilaciones, ahorcamientos, ojos arrancados y otras lindezas, toda la retahíla del horror islámico, que aplican con fervoroso rigos los ayatolas, ayer los talibanes, y demás locos de Alá. Acompañan su octavilla con fotos, pero de tan mala calidad, tan borrosas, que apenas se distingue algo. Menos mal, no soy un mirón sádico, no quiero ver fotos en colores, de ojos arrancados por cirujanos en las plazas. Me basta con saberlo.

El objetivo, muy ambicioso, es alertar a la opinión pública francesa, para que les apoye a ellos, los demócratas iraníes, y no a “la muy discutible diplomacia francesa que apoya implícitamente la República islámica a fin de garantizar sus intereses económicos en Irán”, concluye el texto. O sea, esencialmente, el petróleo. Durante el primer “choque petrolero”, un eslogan publicitario, no recuerdo si para vender quesos, coches o cosméticos, se hizo famoso: “En Francia no tenemos petróleo, pero tenemos ideas”. ¡Lo que tenéis es un soberbio cinismo, granujas! Ayer fue Irak vuestro amigo, hoy Irán, ¿y mañana?

Una comisión parlamentaria, presidida por Philippe Douste-Blazy, diputado alcalde de Tolosa, y número dos de la UMP, presenta un informe muy crítico sobre la gestión de las empresas estatales, particularmente EDF y France Telecom. Denuncian los increíbles despilfarros, así como la arraigada costumbre gala de situar a la cabeza de las grandes empresas públicas a altos funcionarios incompetentes, o a “amigos políticos”, que lo son aún más. Inmediatamente, toda la izquierda, empezando, no faltaba más, por Le Monde (que cuanton más dinero pierde, más empresas compra), denuncian el ataque salvaje del “liberalismo”, contra el capitalismo de estado. Ya veremos si este informe parlamentario tiene algún resultado, generalmente estos informes no tienen ninguno. Como los de las Instituciones oficiales encargadas de controlar las “cuentas de la nación”, y que cada año denuncian abusos, despilfarro, corrupción, mala gestión, y que cada año, después de que la prensa publique fragmentos, terminan tranquilamente en la papelera. Me limitaré, para terminar, a señalar la hipocresía del PS, que, cuando gobernaba, también privatizó, pero mal, a medias, hipócrita e ineficazmente, y que ahora lo denuncia, y constatar cómo han logrado imponer en la opinión, la tesis que el “liberalismo” constituye el enemigo público número uno.

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