Que yo sepa, ningún juez francés ha ido al hospital debido a "una crisis de angustia", pero es posible que Baltasar Garzón tuviera más motivos que cualquier otro para sentirse angustiado. ¡Pobrecito! La prensa gala no ha dicho nada sobre este triste evento y muy poco sobre la dimisión del ministro de Justicia, Bermejo: cinco líneas en Le Figaro y una escueta información en la cadena eurosocialista Euronews. O, al menos, es lo único que he visto. El comentario de Euronews señalaba que se trataba de una victoria para el PP, pero que el PSOE preparaba una airada respuesta. Efectivamente es un triunfo del PP, o en todo caso un contraataque logrado. Ya era hora.
Pero eso no interesa aquí; España no interesa, ya que los temas de actualidad giran en torno a los disturbios en las Antillas, la creación de un nuevo banco y el atentado de El Cairo. Yo, francamente, me pregunto si las autoridades académicas de Levallois-Perret estuvieron bien inspiradas al enviar a un nutrido grupo de "liceanos" de 11 y 17 años de gira turística por Egipto con motivo de las vacaciones de febrero; los atentados contra occidentales e infieles representan toda una tradición de los islamistas radicales egipcios. Teniendo en cuenta la gran cantidad de turistas que visita ese país –espléndido, me decía hace siglos Eduardo Chamorro– el número de víctimas resulta reducido, pero sigue habiendo víctimas. En la prensa española leí que hubo cuatro muertos, pero la prensa gala sólo habla de la "liceana" de 17 años, Cecile Vannier, y de unos 20 heridos, también franceses. Pero si se han lanzado granadas desde los tejados, como afirma Kouchner, resulta evidente que también hubo heridos y tal vez muertos no procedentes de Levallois-Perret. En cada vez más países musulmanes, el turismo se está convirtiendo en una actividad peligrosa. Habría que tenerlo en cuenta.
La fusión de las cajas de ahorro y de los bancos populares –con un 20% de capital estatal y François Perol como presidente– ha sido motivo de polémicas. No por la fusión, sino porque Perol era hasta ayer secretario general adjunto del Elíseo y consejero económico de Sarkozy. Como las muñecas que gimen "¡Mamá!" cuando se las levanta, el Partido Socialista sistemáticamente critica a Sarkozy: ese nombramiento es un acto descarado de nepotismo, de despotismo y de poder personal. Pero como siempre dicen lo mismo, nadie les hace caso.
En Guadalupe, y poco después en Martinica, prosiguen las huelgas, las manifestaciones y las negociaciones. Anoche, enFort-de France(Martinica) se pasó al ritual de la violencia, con quema de coches y otros destrozos. Segolène Royal, que continúa allí, intenta presentarse como la negociadora jefe y si llega a un acuerdo intentará convencer a Pierre Bergé de que es gracias a ella. De paso joderá a Martine Aubry.