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Carmelo Jordá

Cantó, las denuncias falsas y la marabunta progre

Si es cierto que en política es bueno que hablen de ti aunque sea mal, Toni Cantó está completando una legislatura espléndida.

Si es cierto que en política es bueno que hablen de ti aunque sea mal, Toni Cantó está completando una legislatura espléndida.

Si es cierto que en política, como en periodismo y en otras muchas cosas, es bueno que hablen de ti aunque sea mal, Toni Cantó está completando una legislatura espléndida.

El secreto para hacerlo es sencillo: el actor se atreve a tratar temas y a decir cosas que muy pocos osan tratar y decir. Además de eso, se está revelando como un orador eficaz y, las cosas como son, el físico también lo acompaña, debe de ser que no es mujer y, encima, rubia.

Pero lo más importante es que es capaz de decir lo que piensa y lo que cree a despecho de que lo despedacen la marabunta progre o la oficialista, que hoy en día casi da lo mismo y casi te sacuden por lo mismo.

Tras su impecable discurso sobre los derechos que los animales no tienen, el de UPyD la ha vuelto a liar esta semana diciendo algo que muchos piensan: que las denuncias por violencia de género son, en muchos casos, falsas. Él se equivocó diciendo que la mayoría lo son, por lo que después pidió disculpas: había dado por buenos unos datos sin contrastar.

Pero no nos engañemos, la estadística oficial resulta también muy poco fiable y lo relevante, tal y como apuntaba Pedro J. Ramírez también desde Twitter, es que sólo una minoría de los hombres sometidos a medidas cautelares son luego condenados. Es decir, que las denuncias no serán falsas, pero tampoco se prueban como ciertas.

En cualquier caso, caiga sobre Cantó la culpa por haber puesto en duda sus fuentes, pero aun así él ha sido el único capaz de llamar la atención sobre algo que es una realidad que sólo se puede negar con sobredosis de sectarismo: lo injusta que es la Ley de Violencia de Género, creada sobre la premisa moral de que todas las mujeres son buenas y todos los hombres malvados.

El resultado de tal despropósito es, como no podía ser de otra forma, un fenomenal fracaso doble: por un lado sigue habiendo execrables asesinatos de mujeres a manos de sus parejas; por el otro, miles de hombres se enfrentan a una terrible situación de indefensión y son acusados falsamente de algo que luego resulta muy difícil probar como falso.

Cualquier abogado experto en divorcios puede contarles lo que les recomiendan a sus clientes varones al inicio de un proceso, y cómo éstos viven a expensas de que a sus mujeres se les ocurra acusarles de que les han puesto la mano encima o las han insultado. ¿Y cómo demuestras que no has insultado a alguien, si su testimonio vale más que el tuyo?

La marabunta progre puede decir lo que quiera, yo me alegro de que Toni Cantó esté en el Congreso y no sea uno de esos casi 350 parlamentarios que no parlamentan, que incluso tienen severas dificultades para leer una pregunta estúpida de dos minutos y que sólo sirven para apretar un botón. Así, al menos uno se atreve a decir lo que pensamos o denunciar lo que todos sabemos.

Aun equivocándose en el dato, Cantó vale más que la suma todos los que le ladran.

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