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Cayetano González

La carta de Maite y Teresa

Aunque lo haya sido policialmente, política y socialmente ETA no está derrotada.

Aunque lo haya sido policialmente, política y socialmente ETA no está derrotada.
Europa Press

Que el exmiembro de ETA, y actual secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi vaya a visitar el Parlamento Europeo para participar en diversas reuniones como un dirigente político más es una ofensa no sólo a las víctimas del terrorismo que son eurodiputadas, como Maite Pagazaurtundua y Teresa Jiménez Becerril, sino a la propia institución que teóricamente encarna lo que Otegi no representa de ninguna manera: la defensa de la libertad, los derechos humanos y la democracia.

Por eso Maite y Teresa han escrito una razonada y contundente carta al presidente de la Cámara, el socialista Martin Schulz, en la que explican claramente quién es y lo que representa Otegi, y le piden que, en caso de que éste, en alguna de sus intervenciones, realice lo que podría ser considerado apología del terrorismo, se le expulse de inmediato.

"Para aquellos que han o hemos sufrido el dolor infligido por ETA y sus acólitos, tener a Arnaldo Otegui en esta casa, lugar que siempre ha demostrado su compromiso con la paz, la libertad y la democracia, nos resulta ciertamente doloroso", señalan las dos eurodiputadas en su misiva.

El hecho de dos eurodiputadas que han perdido a sus hermanos Joseba y Alberto –amén de a su cuñada Ascensión, en el caso de Jiménez Becerril– en sendos atentados de ETA tengan que pedir amparo y defenderse de la agresión que supone la visita de Otegi al Parlamento Europeo produce una enorme tristeza y es la constatación de que, aunque lo haya sido policialmente, política y socialmente ETA no está derrotada. La prueba más evidente es su presencia en las instituciones y el blanqueo de la figura de Otegi para que llegue en buena posición como candidato a lehendakari por Bildu en las cercanas elecciones vascas.

Cuesta poco entender que IU y Podemos sean los anfitriones de Otegi, porque al final esa izquierda siempre ha tenido una actitud complaciente hacia lo que ETA ha representado. Pablo Iglesias dijo este fin de semana en Pamplona que "sin personas como Otegi no habría paz", lo cual no es que sea una falsedad, sino una profunda inmoralidad. Podría preguntar el líder de Podemos a Luis Abaitua, exdirectivo de Michelín que fue secuestrado en 1979 en Vitoria por un comando de ETA pm del que formaba parte Otegi, qué piensa al respecto.

Que los eurodiputados del PSOE no hayan querido firmar la carta de Maite y Teresa –algo que sí han hecho los de PP y Ciudadanos– puede llamar a escándalo, pero, bien pensado, entra dentro de la lógica. Si fue el propio Zapatero el que calificó como "hombre de paz" a Otegi en 2006, ¿por qué ahora hay que oponerse a que visite el Parlamento Europeo? Si el actual presidente del Congreso de los Diputados, y exsecretario general del PSE, Patxi López, se reunió con Otegi en el hotel Amara de San Sebastián cuando Batasuna estaba ilegalizada, ¿por qué hay que ponerse ahora estrechos y protestar?

Las víctimas del terrorismo hace años que supieron resumir muy bien en tres palabras sus justas reivindicaciones: Memoria, Dignidad y Justicia. El proceso de negociación política con ETA que llevó a cabo Zapatero y que comenzó antes de su llegada a la Moncloa fue un auténtico torpedo en la línea de flotación de esas reivindicaciones. Lo que ha hecho el Gobierno de Rajoy en esta agotada legislatura ha sido dar continuidad, cuidando aparentemente las formas, a ese estado de cosas. Y digo "aparentemente" porque la puesta en libertad de Bolinaga en 2012 y la inacción ante la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la Doctrina Parot que permitió la suelta de bastantes etarras es algo difícil de olvidar.

Las víctimas son conscientes de su soledad. Saben que, una vez ETA ha dejado de matar, una parte importante de la sociedad vasca y la mayor parte de las instituciones prefieren pasar página. Las víctimas, en ese sentido, son molestas, porque son como la voz de la conciencia para los poderes públicos. Por eso la lucha que mantienen para que se respete su Memoria, su Dignidad y para que se haga Justicia con los asesinos de sus seres queridos es una continua lección moral que nos siguen dando a todos. Lección de que la forma parte la carta de Maite y Teresa.

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