Menú
Cayetano González

Una respuesta política

Es la hora de hacer Política, mucha Política, con mayúsculas.

Es la hora de hacer Política, mucha Política, con mayúsculas.

El anuncio de Artur Mas de convocar un referéndum secesionista en Cataluña con fecha y preguntas ya fijadas ha sido, sin ningún genero de duda, uno de los hechos políticos más graves, sino el que más, desde la transición democrática, porque supone un intento de ruptura de la Nación liderado por el máximo representante ordinario del Estado en su comunidad autónoma.

Parto de la base de que tanto Mas como sus socios de aventura secesionista saben de sobra que ese referéndum no va a tener lugar, porque los diversos poderes del Estado no lo permitirán. Cuentan con ello, y el plan b que tienen será la convocatoria de unas elecciones a las que querrán otorgar el carácter de plebiscitarias, con una candidatura única por la independencia de Cataluña que aglutine a personajes conocidos de la sociedad catalana, tipo Guardiola. Mientras tanto, aprovecharán este año para acumular toneladas de victimismo, algo sin lo que los nacionalistas de todo signo no saben vivir. Del "España nos roba" pasaremos al "España no nos deja decidir".

Ante este desafío en toda regla al actual ordenamiento constitucional, la respuesta que ha dado Rajoy es formalmente correcta pero políticamente muy insuficiente. Que el presidente del Gobierno diga que él no está dispuesto a permitir ni a negociar la celebración de un referéndum secesionista porque la soberanía reside en todo el pueblo español es lo menos que se puede esperar de quien ha jurado cumplir y hacer cumplir la ley. Pero el desafío y el reto planteado desde Cataluña exige mucho más.

A Rajoy este tipo de situaciones, claramente, le incomodan. No es persona hecha para el rompe y rasga, para ponerse cara a cara frente al desafío, para coger el toro por los cuernos; para, en definitiva, dar cuantos puñetazos sean necesarios encima de la mesa. No: el prefiere alejarse de los problemas, hablar de tender puentes, de diálogos, de bla, bla, bla, de confiar en que el tiempo o no se sabe quién vaya resolviéndolos. En algunos casos esa estrategia le ha dado resultado, pero no parece la más indicada en esta ocasión.

Los nacionalistas catalanes ya han dado el salto del autonomismo a la independencia. Detrás de ellos vendrá el nacionalismo vasco, y luego el gallego, el canario, el valenciano… Estamos ante una gravísima crisis institucional y política que exige no solamente una respuesta contundente, sino, sobre todo, un quehacer político que vaya dirigido a hacer frente, claramente, con firmeza, sin complejos, a quienes quieren acabar con la España que conocemos.

Eso exige bastantes cosas. Exige un Gobierno fuerte que lidere esa respuesta política utilizando todos los instrumentos que tiene en sus manos; exige un entendimiento máximo entre todos los partidos que defienden el orden constitucional y la unidad de la Nación; exige que el PSOE acabe ya de una vez con las bromitas de un PSC que un día dice estar contra el referéndum de Mas y al día siguiente señala que trabajará para que se pueda celebrar; exige que ese bloque del PP-PSOE tenga la grandeza de miras de incorporar a formaciones políticas que en ese terreno defienden lo mismo, como UPyD y Ciudadanos.

Es la hora de hacer Política, mucha Política, con mayúsculas, para plantar cara a quienes quieren acabar con el actual ordenamiento constitucional. Se pueden albergar muchas dudas sobre si Rajoy es la persona capaz de liderar ese proceso; se puede pensar que la actual debilidad del PSOE, en ideas y en dirigentes, no facilita las cosas. Pero habrá que concluir que con estos bueyes, con perdón, habrá que arar.

Temas

En España

    0
    comentarios