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Cayetano González

Vista a la izquierda

Los independentistas catalanes aprietan, los vascos esperan su momento, el PSOE se transformará con Sánchez en un partido radical...

El inapelable triunfo de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE subraya todavía más lo que en frase del ex –ministro de Interior y ex –eurodiputado del PP, Jaime Mayor Oreja, tomando la terminología militar, se está produciendo en la política española desde hace un tiempo: "un vista a la izquierda". Es evidente que la victoria del "candidato de la militancia" frente a la oficialista Susana Díaz apoyada por casi todos los barones y figuras históricas del partido, significa que las bases del PSOE han apostado por la radicalidad y por el populismo como señas de identidad de una formación política que ha gobernado España veintiuno de los cuarenta años transcurridos desde la transición.

Pedro Sánchez podrá ser criticado por muchas cosas, pero no por ocultar –lo ha manifestado claramente durante la campaña de las primarias- cuál es su objetivo principal en su acción política al frente del PSOE: unir y liderar a la izquierda para echar a la derecha del poder.Es decir, entenderse a corto o medio plazo con Podemos, con los independentistas catalanes y con todos los que haga falta, para sumar más que el PP y poder ser investido en un futuro más o menos próximo Presidente del Gobierno.

Con un PSOE de Pedro Sánchez que nada tiene que ver con el que llegó al poder en 1982 de la mano de Felipe González y si más con el de Zapatero; con una crisis de Nación que tiene su manifestación más inmediata y preocupante en el desafío secesionista que se ha planteado desde Cataluña, el Gobierno del PP se encuentra sin su aliado natural para defender lo que el propio Rajoy ha definido este lunes como "la liquidación del Estado de Derecho", en referencia al contenido de la denominada ley de desconexión preparada por la Generalidad. Porque el actual Ciudadanos no es sospechoso de tener una postura ambigua en esta cuestión, entre otras cosa porqué nació en Cataluña para defender los valores constitucionales, pero su fuerza electoral no es suficiente. Aparte de que el partido de Rivera se tendrá que replantear seriamente su relación con el PP, si a este partido le siguen salpicando los casos de corrupción.

En este "vista a la izquierda" que supone el triunfo de Sánchez, también hay que contar con la vaciedad que en el momento presente y desde hace ya un tiempo representa el proyecto ideológico del PP, necesitado de una urgente regeneración, algo que no será posible ni creíble mientras Rajoy siga al frente del partido y del gobierno. La retirada del político gallego es algo que cada día se presenta más necesario y eso lo saben bien quienes aspiran a sucederle. La más activa y enredador en esa hipotética carrera sucesoria es Soraya Sáenz de Santamaría, lo que no quiere decir que sea ni el relevo natural de Rajoy ni la más querida dentro de las filas populares. El silencio y la distancia sobre estos avatares que mantiene el barón regional de más peso entre los populares, Alberto Núñez Feijóo, es inteligente porque tiempo habrá para dar la batalla en la que muy posiblemente haya más contendientes.

El panorama que se dibuja en el horizonte es muy preocupante. Los independentistas catalanes aprietan, los vascos esperan su momento, el PSOE se transformará con Sánchez en un partido radical y populista y el PP empieza a dar señales evidentes de ser un proyecto agotado. Ciudadanos sigue siendo una incógnita desde el punto de vista de su fortaleza electoral, Podemos está ahí y del desconcierto o desorientación no se libra nadie, desde importantes grupos de comunicación hasta la propia Iglesia. El populismo se va abriendo paso en España y eso, evidentemente, no es una buena noticia.

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