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Cristina Losada

El esperpento de los Max

Escena primera

Sala de reuniones del Ayuntamiento de Vigo. Lujo aparente y provinciano. Sombras en las sombras, políticos y camarilleros a la espera. Entra un palomo de barba rala y ojos huidizos tras gafas sin montura. Es el alcalde. Detrás, un individuo rufo y reluciente, el Espabilao.
—Alcalde: Bloqueiros y bloqueiras, vigueses y viguesas, todos y todas...esto (mira hacia el Espabilao).
—Espabilao: Fraga retira la subvención a los premios Max. Dice que no va a pagar para que le insulten, ese brigante provocador. La gala está a subasta. Es la vuestra. Dejar que los actores le zurren a Fraga por vosotros.
—Asesor: Eh, que nosotros le damos siempre que podemos.
—Espabilao: Pero ellos hacen más escarnio. Y la gala es el 5 de mayo. En plena campaña. Por 360.000 euros tenéis resuelto un acto y vale por diez. Y no ponéis un duro, el erario apoquina los billetes.
—Trasgo de la sala (abriendo el mueble-bar): ¡Papiros de piel de contribuyente!
—Alcalde: ¿Qué dicen los socios sociatas?
—Asesor: Los tres trogloditas tuercen la gaita.
—Espabilao: Pero a su ex jefe lo cameláis. Está que revienta por vengarse. Y puede sacar la guita del fondo de reptiles de Cultura.
—Concejala: ¿Y qué prosa le ponemos?
—Asesor: Eso está chupao. Libertad de expresión. Vigo, la ciudad donde se puede insultar a Fraga.
—Espabilao: Y la publicidad. La gala la retransmitirán las televisiones. Minutos impagables.
—Alcalde: Tienen que hablar del Prestige, que se olvida.
—Asesor: Muy bien dicho.
—Concejala: Y de la guerra.
—Espabilao: Eso está hecho.
—Concejal: Y en gallego.
—Espabilao: Sin problemas, se busca a un autóctono.
—Trasgo (algo briago): ¡Cráneosprevilegiados!

Escena segunda

Despacho del alcalde. Éste lee un resumen de prensa con aire de disgusto. Entra el Espabilao, sudoroso.
—Alcalde: ¿A qué tanta crítica?
—Espabilao: Pijoterías. Los hosteleros, que le tienen inquina a la SGAE. Y dos pelanas de la prensa.
—Alcalde: Pero si esto es calderilla al lado de lo que gastamos en cualquier festejo.
—Espabilao: Roñas que no entienden que ese gasto se compensa.
—Alcalde: ¡Y aunque no se compense! ¿Para qué está un Ayuntamiento? Hay que desbaratar esa conspiración neoliberal del déficit cero.
—Espabilao: ¡Admirable!
—Alcalde: ¿Y esos que dicen que en Vigo no se apoya al teatro?
—Espabilao: Cismáticos. Pero tiene arreglo. Os montáis tres días de teatro y resuelto. En la calle, eso está de moda.
—Alcalde: ¡Me quito el cráneo!
De repente, el grillo del teléfono se orina en el gran regazo burocrático. El alcalde da un brinco y se planta el auricular en la oreja.
—Alcalde: ¿Por fin hay nuevas manchas?
—Espabilao (declama): ¡La bomba de relojería escupe su veneno!
—Alcalde: ¿No? ¿Qué? ¿Seguro? ¡Malditos! (Cuelga) Ni la uno ni la dos quieren retransmitir la gala. Fachas, proxenetas. ¿Y ahora qué?
—Espabilao: Tranquilo. Siempre nos queda don Jesús.

Escena tercera

Trastienda de una sala en la que se va a dar una rueda de prensa. Un pollo y una moza de lúgubres semblantes, el pecho enchapado deNunca máisyNo a la guerra. Él hojea un libro y ella ataca un bloc con un bolígrafo.
—Pollo(lee): Hay que establecer la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol.
—Moza: Un poco fuerte. Sigue.
—Pollo(lee): Todos los días un patrono muerto, algunas veces, dos...Eso consuela.
—Moza: Joroba con el Max Estrella.
—Pollo: Pero nosotros no estamos con el patrón.
—Moza: Con el nuestro sí. Por ahora. Sigue.
—Pollo (lee): España es una deformación grotesca de la civilización europea.
—Moza: Y dale con España. Oye, ¿por qué no tenemos la obra en gallego?
—Pollo: No existe. La familia no da permiso para que se traduzca.
—Moza: Pero, ¿qué clase de familia es ésa?
—Pollo: Valleinclanesca.
—Moza: Traidores. Sigue.
—Pollo(lee): En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
—Moza: ¡Cómo para decirlo en unos premios! Y sale dos veces España.
Entra el alcalde, seguido del Espabilao y sus epígonos relucientes.
—Alcalde: ¿Tenéis algo?
—Moza: No se puede citar a Valle-Inclán. Es un pirado y no hace más que hablar de España. ¡Y en español!
—Pollo: ¿Por qué no cita a Alfonso Sastre? Le dan el premio de honor.
—Alcalde: Me suena.
—Moza: Del atentado de la calle del Correo.
—Alcalde: Vaya, hombre.
—Pollo: Pero acaba de estar en la Semana de Filosofía de Pontevedra y salió a hombros. Firmó un comunicado de apoyo a Fidel Castro. ¿Nosotros con quien estamos, con Saramago o con Sastre?
—Alcalde: Con los dos.
—Espabilao: ¡Admirable!
—Alcalde: ¿Qué digo entonces?
—Moza: Lo de siempre.
—Alcalde: Vigo es una ciudad europea y moderna...
—Moza: Abierta a la cultura, al teatro, ¡lúdica!
—Espabilao: Amante de la libertad de expresión, ¡generosa y desprendida!
Trasgo de la sala (primo del anterior y briago tambien): ¡Cráneosprevilegiados!

(Frases y voces de “Luces de bohemia”, de Ramón del Valle-Inclán)


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