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Cristina Losada

Ni Estado ni Derecho

El socialismo gobernante, obvio es, pretende utilizar de parapeto a la judicatura y a la policía. A la vez, prosigue su larga marcha para expulsar a la oposición del espacio democrático.

Rara habilidad la del PP. Ha conseguido que su denuncia de escuchas ilegales se transforme en denuncia de su falta de pruebas sobre tales prácticas. Las estrategias made in Génova 13 vienen con defectos de fábrica. Desenfocada así la cuestión, pasa desapercibida la naturaleza del contraataque lanzado por el PSOE a propósito del posible espionaje de conversaciones telefónicas. Dime qué argumentos usas y te diré quién eres.

Rubalcaba, la vice viajera a cuenta del presupuesto y demás tropa de guardia para los telediarios podían limitarse a jurar por los ciento y pico años de honradez que las denuncias del PP son falsas de toda falsedad, como gustan de decir por amor a la redundancia. Pero los límites no son de su agrado. Siempre quieren más. De modo que acusan a la oposición de cuestionar el Estado de Derecho y hasta de amedrentarlo, como si fuera un ente débil y frágil que se asusta en cuanto la derecha abandona su natural murmullo y alza la voz un poco.

Débil es, en realidad, el concepto de Estado de Derecho que albergan en el Partido Socialista. A raíz de este caso, sus portavoces han llegado a afirmar que lo configuran los policías y los jueces. Tanta teoría sobre el Rechtstaat para nada. Vanas las reflexiones sobre el imperio de la ley, la separación de poderes o el modo de salvaguardar la libertad y los derechos individuales. Le hubieran preguntado al ministro del Interior y a De la Vega y se habrían ahorrado quebraderos de cabeza. Donde haya policías y jueces tenemos un Estado de Derecho y punto. La condición, huelga decirlo, es que se encuentre bajo el control del PSOE.

El socialismo gobernante, obvio es, pretende utilizar de parapeto a la judicatura y a la policía. A la vez, prosigue su larga marcha para expulsar a la oposición del espacio democrático. Según una pluma de inquebrantable lealtad a la causa, la denuncia de las escuchas demuestra que el PP es tan "antisistema" como ETA. Tiene delito que los de Rajoy se den ahora por enterados de esa operación. Pero más lo tiene que imparta lecciones sobre el Estado de Derecho un partido que ha perseguido con tenacidad el entierro de Montesquieu y es experto en instrumentalizar y desguazar, si es preciso, las instituciones.

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