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Cristina Losada

Susana Díaz y la catalanofobia

Vaya opinión tiene Díaz de los españoles. Por ensuciar al PP, ensucia a todos.

Vaya opinión tiene Díaz de los españoles. Por ensuciar al PP, ensucia a todos.

La nueva presidenta de Andalucía se ha presentado en Madrid, que más que rompeolas de todas las Españas es trampolín para lanzamientos mediáticos, y ha conseguido triunfar con un salto muy celebrado. Porque Susana Díaz, que es fruto de las primarias más breves que se conocen, se ha desmarcado del derecho a decidir y esto, al parecer, es gran noticia. O sea, es gran noticia que alguien del PSOE esté de acuerdo con lo que dice su secretario general. Aunque bien mirado, tal como están las cosas, igual es cierto que esa coincidencia tiene algo de extraordinario.

A fin de compensar un pellizco de monja a Zapatero, Díaz acudió a una de esas ideas zombies que cuando más muertas parecen, van y salen de la tumba. Así, dijo que el PP había iniciado "una ola de anticatalanismo" en España con la recogida de firmas contra el nuevo estatuto de Cataluña. Como esto de la "catalanofobia" del PP ya es un clásico del PSOE, no suele repararse en la enormidad y pasa como un arma arrojadiza más del rifirrafe político. No se repara y puede que Díaz no repare en lo que ella misma dice. Pero lo que está diciendo es que había cuatro millones de anticatalanes en España, que fue el número de personas que firmaron aquella iniciativa del PP entre enero y abril del 2006.

Cuatro millones de anticatalanes en España, ahí es nada, y no sólo eso, porque Díaz aseguró también que el PP lanzó aquella campaña con la exclusiva finalidad de "captar votos" fuera de Cataluña. Insisto, yo no sé si piensa lo que dice, pero lo que dice la presidenta de Andalucía es que el anticatalanismo es un sentimiento tan arraigado entre nosotros que no hay mejor bandera que ésa para ganar votos. Vaya opinión tiene Díaz de los españoles. Por ensuciar al PP, ensucia a todos. Y ya que estamos en el cubo de basura, recuérdese que el estatuto fue promesa electoral del PSC en 2003, con la que esperaba, naturalmente, captar votos.

Lo que son las cosas. Aquella "ola de anticatalanismo" la desató el PP con la idea de que "todos tenemos derecho a opinar", pero ésa es una idea que a los socialistas les parecía sospechosa y aún se lo sigue pareciendo. Por eso ante el derecho a decidir que reclama el nacionalismo en exclusiva para Cataluña no quieren decir del todo sí ni del todo no, y nos salen con la tercera vía.

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