Los más optimistas dirán que mereció ganar el Madrid, que hizo méritos suficientes para batir a Cuellar. Los más pesimistas dirán que es un resbalón importante, que ya se empieza a remolque del Barcelona. Pensarán los primeros que este Madrid promete, crea juego, entra por bandas, combina de maravilla. Pensarán los menos risueños que empatar en Gijón, ante este recién ascendido Sporting, es un fracaso y que Rafa Benítez no va a traer precisamente alegría. Quizá los dos pensamientos tengan su punto de lógica. El dato subjetivo está en la opinión de cada uno sobre lo que dio el Madrid en El Molinón. El dato objetivo es que mereció ganar de largo el partido, pero lo empató y, es verdad, comienza a dos puntos de Barcelona y Atlético de Madrid.
Cierto que equilibrio tiene pero quizá es un fallo demasiado grosero el empate de ayer. No parece el Sporting con muchas cosas ni con muchos jugadores para habérselo puesto tan difícil al Madrid, pero es verdad que el partido tonto, ese en el que no te esperas fallar, aparece todos los años y, a lo mejor, varias veces para los grandes. Es en esos campos y en esos encuentros donde empiezas a vislumbrar que la Liga no va a ser fácil para nadie
Empató el Madrid, ganaron Barcelona y Atlético, pero se le detectaron a los tres grandes los tics propios de principio de temporada. Hicieron los tres lo suficiente para ganar pero dejaron bastantes dudas en su juego. Los rojiblancos muchas el otro día en el Calderón, pinchando un poco el globo que se esperaba. Mal Jackson, de mas a menos Oliver, trazos no constantes de Griezmann. Estamos empezando, que no se asuste nadie.
Mostró también muchas dudas el equipo azulgrana en un discreto partido en Bilbao donde sólo se salvó Vermaelen y acciones de Luis Suárez y Messi, tampoco muchas. Unido a la mala racha de lesiones con Dani Alves y Busquets sumados desde ayer a la enfermería. Y lo contado del Madrid en Asturias, aunque el resultado fue lo peor para los blancos.
En esta jornada inaugural que ha visto ocho goles en nueve partidos, un auténtico desastre de puntería impropio de la calidad de los delanteros. Una jornada que nos ha devuelto la felicidad del retorno del fútbol, nos ha devuelto la ansiedad de cada domingo. La Liga no ha vuelto de manera lúcida, pero ha vuelto, que para el desierto veraniego ya era demasiado. Eso sí, conclusiones las justas en estas fechas. No vale para nada.