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Liga

Daniel Blanco

Ese cambio de Ancelotti

El Bernabéu tuvo la impresión equivocada de que Ancelotti hacía un cambio demasiado defensivo con la presencia de Illarramendi por Isco.

Ha pasado bastantes veces en el mundo del fútbol y yo lo he vivido en primera persona. Hay ocasiones que, estando en el campo, sin tener acceso a la comodidad de la televisión, viendo con tranquilidad el encuentro, no tienes la impresión de que un partido se te puede ir en un minuto por una decisión demasiado arriesgada. El Bernabéu tuvo la impresión equivocada de que Ancelotti hacía un cambio demasiado defensivo con la presencia de Illarramendi por Isco a quince minutos del final cuando el Madrid perdía dos puntos. La sensación correcta con la tranquilidad del sofá de tu casa es que el Villarreal, como dijo Marcelino al final del partido, podía haber ganado si el técnico del Madrid no hubiera hecho ese cambio.

Y es que, una vez metido a Jese en el campo, la presencia de Isco, monumental todo el encuentro, hubiera roto en dos al equipo madridista. De hecho ya lo estaba rompiendo. El canario había salido por Lucas Silva y ese cambio ya parecía muy arriesgado teniendo enfrente un equipo que no es precisamente un conjunto que se encierre. Con la velocidad del Villarreal y un sólo mediocentro como Kroos, el partido peligraba. Por eso puso Carlo a Illarra, es verdad que extraño a los ojos de la mayoría pero muy práctico a la hora de pensar en el equipo.

De hecho no atacó ya el Villarreal. El objetivo de cerrar posibles contras se consiguió. Y el Madrid, con la calidad que tiene arriba puede atacar perfectamente con cuatro y no con cinco si lo contrario hubiera puesto en peligro el partido, que es evidente que lo hubiera hecho porque Vietto y Gerard estaban rápidos.

Se llevó, sin embargo, Ancelotti, una de las broncas más abruptas que ha recibido desde que es técnico del Madrid, pero no es el problema ayer, no lo es habitualmente aunque parte de la grada blanca pida ya poco menos que la cabeza del italiano en algunos partidos. El problema ayer fue la primera parte, donde el Madrid estuvo condescendiente, como si no fuera con ellos el partido. Lento, sin utilizar el medio para nada y enviando siempre centros por banda. Es un recurso, sobre todo si el Villarreal mete a gente en el grueso del medio campo, pero es un recurso que ayer hizo que el Madrid tirara casi 45 minutos.

Se ha puesto la Liga en un pañuelo porque a dos equipos de la zona noble les ha dado por darles el día, durante dos semanas consecutivas a los dos grandes. El Málaga el otro día en Barcelona, ayer el Villarreal en el Bernabéu. Otra vez a vueltas con el demérito del equipo potente olvidando el enorme partido de este equipazo que tiene Marcelino, jugando al fútbol y yendo, en muchos momentos, a por la victoria en la segunda parte sin importarle perder el botín que tenía.

Dos puntos entre blancos y azulgranas y la cita del 22 de marzo como horizonte ya no tan lejano. Es el partido que va a decidir el campeonato. Hasta esa fecha dos jornadas. El Madrid sale a Bilbao y recibe al Levante; el Barcelona recibe al Rayo y sale a Eibar. Yo no echaría cuentas.

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