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Daniel Blanco

Jugar y ganar de distinta forma

Con cuatro jugadores en buena forma, el Barcelona salva los partidos.

Con cuatro jugadores en buena forma, el Barcelona salva los partidos.
El Barça de Luis Enrique va cogiendo el tono

Sin jugar ni de lejos a lo mismo que estos últimos años, alejado de la excelencia, del toque, del dominio abusivo del rival, este Barcelona que empezó a moldear Luis Enrique el año pasado, que terminaron de engrandecer los jugadores en el campo y que ahora se encargan de intentar asentar, sobre todo cuatro jugadores, empieza a dar frutos. No juega bien, le salvan las individualidades pero está empatado con el Madrid en el liderato y se ha olvidado ya de la fase de grupos de la Champions. Es poco todavía pero es un trabajo que se ha quitado de encima. Y lo ha hecho sin Messi al que, a pesar de todo, esperan como agua de mayo.

Los cuatro jugadores que están por encima del resto ahora son Busquets, Rakitic, Neymar y Luis Suárez. El primero, catalogado el otro día como el "mejor centrocampista del mundo" por su entrenador. Quizá exagerado para algunos, para otros no. Es verdad que Busquets barre, controla y dirige. También es verdad que no arriesga nunca en el pase pero es ese medio que todo el mundo querría tener. No es una maravilla que quede en el recuerdo del aficionado, pero es básico.

Rakitic es pulmón, juegue donde juega ahora, cerca del área, o en el mediocentro donde le hemos visto pocas veces en Barcelona, (siempre bien eso sí, por ejemplo, el sábado) pero muchísimas en Sevilla. Como también sabe hacer eso y Luis Enrique lo sabe, es un centrocampista de los que ya no quedan muchos. Vean y elijan entre todos los mediapunta de Europa a ver si alguno puede hacer varias labores tan distintas. Quizá Modric y Kovacic en el Madrid. Me valdría Motta, quizá Pogba. Pero no más.

De los dos de arriba para qué hablar. Nunca una pareja de delanteros fue tan distinta y, a la vez, tan complementaria. Neymar es otro mundo. Es la luz cuando hay oscuridad en el equipo. Es, por ejemplo, esa buena noticia cuando apenas había nada en el partido de Getafe. Se incrustó en el medio cuando hacía falta y fue delantero cuando salió Iniesta al campo. Está para coger el relevo de Messi cuando falta el argentino. Le relevará también como el mejor jugador del mundo en un futuro y los detalles de calidad se le caen a chorros en todos los partidos. Él inventó el sprint ante Damián Suárez que dio el primer gol, suyo fue el segundo y suyos fueron varios momentos soberbios en el partido del sábado.

El uruguayo Luis Suárez es, con Lewandovsky, el delantero con mayúsculas. Puede haber falsos nueves, extremos, hombres ofensivos. Pero este es un delantero, como lo era Hugo Sánchez en el Madrid. Rematador, goleador, un killer del área. Los dos goles al Eibar el domingo pasado y el del Getafe son de nueve básico. El amague, el remate como arte.

Con cuatro jugadores en buena forma, el Barcelona salva los partidos. No andan bien ni Alves, ni Mathieu. No es muy regular Jordi Alba. No es espectacular Piqué, como lo fue antaño y como lo ha sido en algunas partes de este último año. Están desaparecidos Munir y Sandro, desaprovechando oportunidad tras oportunidad que se les da. Están como para hacer tonterías, pero no parece que les importe. Munir firmó el sábado un encuentro espantoso y Sandro no aprovechó sus minutos, como tampoco los aprovechó el miércoles en Copa. El tren pasa una vez y da la sensación de que a estos dos se les marcha.

Y mientras, una buena noticia de cantera. Esa que sale casi todos los años en alguna ocasión. Es Sergi Roberto. Es mediocentro, mediapunta e interior. Es lateral derecho, hasta ahora la mejor posición en la que le habíamos visto. Pero de un tiempo a esta parte, y aprovechando la lesión de Iniesta, se ha hecho con ese hueco cerca del área de mediapunta. Juega bien, crea peligro. Tan confiado está que el otro día, en el Alfonso Pérez, creó una maravilla de pase de tacón para el primer gol. Eso sí que es coger el tren y, además, en marcha.

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