Hay cosas que dan muestra de la superioridad del Madrid en esta Liga. Una de ellas es que, si esperas su traspié, como lo esperaban los culés y, en vez de pinchar le mete cinco goles a un equipo que pasaba por ser una de las revelaciones del campeonato, se te quitan las ganas de seguir intentando una reacción. El Barça no se dará por vencido, pero la Liga es más blanca cada domingo.
El equipo azulgrana venció con mucho sufrimiento al Sporting. No jugó bien el grupo de Guardiola, pero es verdad que fue muy superior a los de Clemente. El vasco planteó un partido feísimo, pero era lo único que le valía y el Barça marcó el 2-1 en el minuto 78. Es decir, no le salió del todo mal a Javi el planteamiento.
Hubo polémica arbitral y una expulsión justa –muy literal e interpretando el reglamento al pie de la letra por parte del colegiado– de Piqué. Tres penaltis pidió el Barça. Dos lo fueron porque el empujoncito de Botía a Keita es muy poca cosa. Pero fue lo suficiente para que la prensa azulgrana y el entorno pusieran el grito en el cielo. Se les ha ido la olla. Y también al propio Piqué, mal físicamente en estas últimas semanas. Dijo el central que su expulsión fue "premeditada". La sanción que le va a caer debería ser ejemplar. El presidente del Comité Técnico de Árbitros, Victoriano Sánchez Arminio, dice que las declaraciones de Piqué son una "barbaridad" –cosa que comparto– y ha anunciado medidas.
Con la victoria del Barça había cierta presión para el Madrid. Pero ya se vio que el Espanyol fue al Bernabéu a nada. Enseguida se vio su intención: simplemente frenar al líder y no hacer nada que se saliera del guión. Resultado: ningún tiro a puerta y 5-0 en contra, con dos goles de Higuaín, uno de Kaká, otro de Cristiano Ronaldo y otro de Khedira.
El Madrid ha ganado 67 de los 75 puntos en liza. Nunca nadie ha sumado tantos puntos después de 25 jornadas. Impresionante. Con 85 goles a favor, seguro que llegará a los cien. Y esto no para. Otro obstáculo menos en el camino. Los de Mourinho se llevarán la Liga si ganan todos los partidos de casa más uno fuera y el Barça tropieza dos veces.
Me acuerdo en esta resaca de la jornada del buen partido que Sevilla y Atlético ofrecieron el sábado. Dos equipos que han llegado algo tarde a esta Liga, pero que con Míchel y Simeone en sus banquillos están reaccionando y lucharán por la Champions. Y me acuerdo también del Zaragoza, que saca un poco la cabeza tras su épica victoria ante el Villarreal y no quiere morir todavía. Lo van a pasar mal el propio submarino amarillo, el Racing y el Sporting. Y ojo al Getafe, que se está dejando ir. La culpa es de la propia plantilla, algo tendrá que ver el técnico, pero que cada jornada acudan poco más de 4.000 espectadores –un cuarto del aforo del Coliseum Alfonso Pérez– a ver al equipo es sencillamente vergonzoso. Muy poco ambiente de Primera.