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Daniel Blanco

Messi no se ha ido

El argentino estaba algo escondido, criticable al máximo, pero ha tenido la valentía de volver desde el principio.

El argentino estaba algo escondido, criticable al máximo, pero ha tenido la valentía de volver desde el principio.
Leo Messi celebra uno de sus dos goles al Elche.

Criticado duramente, quizá con razón, por unos en la temporada pasada; vilipendiado, injuriado e, incluso, insultado por otros, ya sin nada de razón en el tramo final de curso. El caso es que Leo Messi mandó un aviso al mundo entero ante el Elche en el estreno liguero del Barcelona. Dos goles, un juego espléndido y un manual íntegro de cómo se juega al fútbol. Me vale la apatía del rival como prueba de que quizá no es éste el partido que sirve para valorarle mejor, pero también es verdad que el año pasado, en algunos de estos partidos en teoría más fáciles, Leo no apareció.

El caso es que el argentino empieza fuerte y no se ha ido. Estaba algo escondido, criticable al máximo, pero ha tenido la valentía de volver desde el principio. También esto ha de ser algo valorable para él y para que cambien de opinión aquellos que confundieron crítica con rencor, que obtuvieron rédito a la teoría fácil de ensañarse con el mejor, justo unos meses en el que cometió el delito, fíjense, de simplemente no ser el mejor.

Algunos no se bajarán del burro, eso ya es algo habitual en la crítica, no tanto periodística porque se hace precisamente olvidando el oficio tan bonito en el que estamos metidos. Los que criticaron al crack con argumentos se merecen todo mi respeto; los que insultaron a Messi sin otorgarle ni siquiera el derecho a mostrar algún síntoma de mejora y le negaron todo lo conseguido, el año anterior, merecen el desprecio. Pero no aparecerán mucho este año si las cosas vienen rodadas en el Barcelona. Ahora, espérenles si muchas cosas van mal en la Ciudad Condal.

Ni siquiera el Mundial le valió a Messi para salir airoso. En el campeonato, más críticas que elogios; más insultos que razonamientos a un tipo que hizo una primera fase de escándalo, un partido de octavos de final en el que le regaló el gol a Di María, uno de cuartos decente ante Bélgica y una buena final. Lo único, la semifinal, gris, ante Holanda. En la final, el central germano Hummels le vio dos veces pasar sin poder hacer nada y no estará muy de acuerdo con quienes dijeron que tampoco en el partido definitivo apareció el crack. Vaya que si apareció.

Victoria de oficina del Madrid

Aparte del certificado de calidad de Messi, lo más destacado de esta jornada es esa goleada del nuevo Barça de Luis Enrique, la victoria casi de oficina del Madrid ante el Córdoba, sabiendo que sin forzar el partido era suyo. Sabiendo los blancos que sin pisar el acelerador ganarán a casi todos en el Bernabéu. Ya sin Di María, enviado a Manchester para jugar en el United, ganando 50 kilos en la operación. Vino en 2010 por 30; se va en 2014 por 80. Una salvajada.

Y el empate del Atlético en Vallecas, tropezón del campeón que arranca sin ganar y pierde una de las bazas del año pasado, que fue ir casi siempre en la primera vuelta, o líder o segundo. Ya ha perdido dos puntos ante Barça y Madrid, quizá intrascendentes, quizá más importantes de lo que parece.

También el Eibar merece unas líneas atención tras su victoria en el debut en la máxima categoría. Y a mí me da que va a ser muy difícil puntuar en Ipurúa. Ya lo verán.

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