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Daniel Pipes

También en Afganistán, la culpa es de Bush

Él inició las guerras en Afganistán e Irak, las privó de tropas e impuso un plazo para la retirada de Irak tan arbitrario como el de Obama para Afganistán.

Él inició las guerras en Afganistán e Irak, las privó de tropas e impuso un plazo para la retirada de Irak tan arbitrario como el de Obama para Afganistán.

El anuncio de Barack Obama de que el número de efectivos estadounidenses en Afganistán se reducirá a 9.800 para final de año y será de cero dentro de dos años supone declarar, prácticamente, que esta guerra, que ha durado algo más de 15 años y casi cuatro mandatos presidenciales, concluirá con un absoluto fracaso estadounidense.

Ello se debe a que los talibanes y otras fuerzas islamistas ya han regresado de forma sustancial; a que los líderes afganos respaldados por la coalición han demostrado ser corruptos e ineptos, y a que los norteamericanos y otros pueblos occidentales siguen sin estar convencidos de que esta guerra valga sus vidas y su presupuesto. Como he predicho a menudo, tanto respecto a Afganistán como a Irak, sólo es cuestión de unos pocos años más antes de que el impacto de miles de vidas y cientos de miles de millones de dólares invertidos en su liberación desaparezcan sin dejar apenas rastro.

Los republicanos han estado rápidos para lanzarse sobre Obama y culparlo de este desgraciado orden de cosas, pero yo no. Los dos problemas a los que apuntan (un número inadecuado de efectivos para poder ganar y un plazo de retirada de tropas arbitrario) pueden ser atribuidos a George W. Bush. Él inició las guerras en Afganistán e Irak, las privó de tropas e impuso un plazo para la retirada de Irak tan arbitrario como el de Obama para Afganistán.

Sólo cuando los republicanos asuman el problema creado por Bush y legado a Obama podrán recuperar la credibilidad en cuestiones de política exterior.

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