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Hay que reconocer el mérito que tiene esta pequeña compañía californiana. No es fácil dedicarse a esto de los ordenadores y ser más odiado que Microsoft, pero Gator ha conseguido ser aborrecido con idéntico fervor por linuxeros y usuarios de Windows. Parece sorprendente, habida cuenta de que en su página web lo que ofrece es un programa que permite guardar datos sensibles en el ordenador, como contraseñas o números de tarjetas de crédito, y rellenar automáticamente los formularios que en la web nos piden esa información.

Sin embargo, junto a este programa se instala un complemento algo más censurable. Se llama OfferCompanion y se dedica a registrar los sitios web que visitamos. La compañía ofrece a terceros la posibilidad de usar esta información para mostrar ventanas emergentes con anuncios personalizados. Por ejemplo, textos que digan: “Está usted visitando libertaddigital.com. ¿Seguro que no prefiere elpais.es? Es mucho más solidario”…

El problema es que ese software se instala muchas veces sin que el usuario lo sepa. Se instala junto con otros programas, como Audiogalaxy, que en muchos casos no ofrecen mucha información sobre lo que están introduciendo en el ordenador. También hay páginas web que intentan instalarlo sin avisar, por si pillan despistado al usuario. Yo mismo lo tuve en mi ordenador un tiempo, y aún hoy no estoy seguro de cómo llego a instalarse.

La última técnica empleada por esta compañía ha sido la sustitución de los banners de algunas páginas por los suyos propios. Esto es lo que han denunciado “The New York Times” y “The Washington Post”, entre otros. Consideran que de este modo se les priva de esa fuente de financiación por una suerte de parásito que no aporta nada pero se lleva los dineros.

Desde luego, éticamente Gator tiene poca defensa. Son unos caraduras de cuidado. Pero no estoy tan seguro de que sean atacables legalmente. Al fin y al cabo, cuando visitamos una página de Internet lo que hacemos es copiarla a nuestro ordenador, que es quien la visualiza. ¿Puede alguien decir que es ilegal el hecho de que, una vez en nuestro hogar, decidamos eliminar los anuncios o cambiarlos por otros? ¿Pueden denunciar las cadenas de televisión el zapping? Otra cosa son los métodos de “instalación creativa” que usa Gator para meterse en nuestro ordenador. Pero si el usuario ha escogido libremente ejecutar el OfferCompanion, es difícil negarle el derecho.

Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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