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Dieter Brandau

Hasta siempre, parrao

Lo que yo guardaré para siempre es el recuerdo de ver en los veranos de mi infancia a Francisco Fernández Ochoa pasear por Cercedilla, con su perenne sonrisa, mientras todo el mundo le paraba al grito de Paquito para abrazarle

Dicen que la vida no tiene que ser larga sino ancha. En este triste 6 de noviembre puedo decir que la de Francisco Fernández Ochoa ha sido una de las más anchas que he conocido. Disfrutó haciendo lo que más le gustaba. Disfrutó siempre rodeado de la gente que le quería y le admiraba. Y, por supuesto, disfrutó viviendo en Cercedilla, pueblo que, al igual que Paquito, también siento como mío.

Supongo que la mayoría de los españoles le recordará como el héroe de Sapporo. Y seguro que al conocer la noticia de su fallecimiento la primera imagen que les ha venido a la cabeza ha sido la de aquel joven levantando los brazos con la medalla de oro colgada del cuello. Sin embargo, lo que yo guardaré para siempre es el recuerdo de ver en los veranos de mi infancia a Francisco Fernández Ochoa pasear por Cercedilla, con su perenne sonrisa, mientras todo el mundo le paraba al grito de Paquito para abrazarle y saludarle como si fuera uno más de su familia.

Daba gusto verle en septiembre en las fiestas de Cercedilla. En la plaza del pueblo disfrutando al ver como sus hijos Bárbara, Francisco y mi amiga Paula habían heredado de él el cariño por Cercedilla. Siempre sonriendo, incluso cuando se atrevía a saltar al ruedo en fiestas el día de los casados y demostrar que, además que con los esquís, también tenía su arte con la muleta. Siempre presumiendo de su condición de parrao, que así se llaman los habitantes de Cercedilla.

Cercedilla ha tenido entre sus habitantes a personajes de renombre como Luis Rosales, Santiago Ramón y Cajal, Vicente Aleixandre o Joaquín Sorolla. Cercedilla ha vivido acontecimientos históricos. Desde el paso de las legiones romanas hasta 1925, cuando Alfonso XIII le concedió a la localidad el título de Excelentísimo. Sin embargo, si alguien le pide a los parraos que elijan la fecha más emotiva para su pueblo dudo que exista alguno que no se quede con el 13 de febrero de 1972.

Hace unos días, la pléyade de estrellas del esquí nacidas en Cercedilla recibieron un sentido homenaje de sus paisanos. A pesar de lo avanzado de su enfermedad, allí estuvo Francisco Fernández Ochoa. Y a pesar de los intensos dolores que sufría se privó de los calmantes para poder despedirse de los suyos como él quería. “No atravieso unos buenos momentos físicos, pero todavía me queda fuelle para manifestar esa sensación de cariño que me acompañará toda la vida”. Y más allá de ella también, Paquito.

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