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EDITORIAL

Aguirre y los "ronzales fiscales"

Aguirre demuestra así cómo un Gobierno autonómico, en lugar de "ir del ronzal" con cuestiones identitarias y absurdas reformas que sólo interesan a las castas políticas, toma la iniciativa con medidas concretas en beneficio de los ciudadanos

Tal y como reza aquel lema liberal que tanto popularizara Margaret Thatcher, "el dinero, donde mejor está, es en el bolsillo de los ciudadanos". Pues bien, los contribuyentes madrileños, a partir del año que viene, y gracias a las promesas recién cumplidas del Gobierno de Esperanza Aguirre, podrán retener en sus bolsillos más de mil trescientos millones de euros como consecuencia de la rebaja en un punto del tramo autonómico del IRPF y la eliminación definitiva del Impuesto de Sucesiones en el ámbito familiar.

No pretendemos exagerar el impacto cuantitativo de esta rebaja fiscal, aprobada este miércoles como parte de los Presupuestos de 2007. Pero sí, desde luego, destacar su valor cualitativo, al tratarse de la primera vez que un Gobierno autonómico utiliza las capacidades de las que dispone para bajar los impuestos. Y eso, sin desatender su probado compromiso con el equilibrio presupuestario.

Aguirre ya lideró en su momento la progresiva reducción del injusto impuesto sobre sucesiones que ahora queda totalmente suprimido y, aunque le quede todavía mucho por cumplir, ha sido una de las primeras y principales defensoras de la liberalización del suelo que tanto abarataría el alquiler o la compra de la vivienda.

En cualquier caso, Esperanza Aguirre demuestra, con estas y anteriores medidas, cómo un Gobierno autonómico, en lugar de "ir del ronzal" con disparatadas cuestiones identitarias y absurdas reformas que sólo interesan a las castas políticas, toma la iniciativa con medidas concretas en beneficio de los ciudadanos.
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