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EDITORIAL

Ahora a por los coches

Si el PSOE quiere acabar con la congestión de tráfico en las ciudades, aminorar la contaminación y promover el uso del transporte público hay otras medidas que sí funcionan pero son impopulares, y de lo que disuadirían es de votar al PSOE y no de dejar el

Es harto dudoso que la causa del cambio climático sean las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, tan dudoso que ni la comunidad científica se ha puesto de acuerdo en ello. A los socialistas, sin embargo, esta tesis les está dando mucho juego; pero no medioambiental, tal y como ha reconocido Álvaro Cuesta, sino de otra especie, de la única que conocen: la de meterse en el bolsillo del ciudadano hasta dejarlo sin blanca. La última ocurrencia del partido de la calle Ferraz en materia municipal es crear un gravamen especial para los vehículos de gran cilindrada. Esto, según ellos y sin definir a partir de que centímetro cúbico es "gran cilindrada", contribuiría a aminorar las emisiones de dióxido de carbono e incentivaría a muchos automovilistas a adquirir coches más respetuosos con la atmósfera.

Evidentemente, la medida no conseguiría ni lo uno ni lo otro. El clásico socialista de dos mentiras en una. Llevado a la práctica y en el caso de que la tasa sea realmente disuasoria, la reducción de las emisiones sería minúscula, por no decir insignificante. En lo tocante a renovar el parque móvil contaminante por otro que lo sea menos, los motores de los turismos, ya sean grandes o pequeños, caros o baratos, siguen siendo de explosión, es decir, que queman hidrocarburos para moverse; en una palabra que, inevitablemente, contaminan. Desconocemos como será el panorama dentro de 15 ó 20 años, pero hoy por hoy es así, se pongan los socialistas como se pongan.

Desmontados las dos falacias sobre las que el PSOE ha edificado su propuesta sólo queda preguntarse el porqué de la misma. Todo parece indicar que, aparte del dinerito fresco que tanto gusta a las gentes del gran partido de la izquierda española, lo que ha movido a semejante extravagancia es la demagogia marca de la casa. Eso de quitar a los ricos para, al menos de boquilla, dárselo a los pobres sigue teniendo un atractivo irresistible para todo socialista que se precie. Y de eso se trata aquí, de quitar a los de la "gran cilindrada" para fundírselo en no se sabe bien que beneficios medioambientales.

Si el PSOE quiere acabar con la congestión de tráfico en las ciudades, reducir la contaminación y promover el uso del transporte público hay otras medidas que sí funcionan pero son impopulares, y de lo que disuadirían es de votar al PSOE y no de dejar el coche en casa. Por ahí, lógicamente, no están dispuestos a pasar. Faltaría más.

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