Mientras efectivos de Salvamento Marítimo siguen interceptando pateras llenas de inmigrantes y el hacinamiento en los centros de internamiento no hace más que multiplicarse, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, comienza este lunes una gira que le llevará a Cabo Verde, Gambia y Mauritania para impulsar los acuerdos de control de flujos migratorios y reforzar la presencia española en dichos países.
Esperemos que, en lugar de dedicarse a propagar la "Alianza de Civilizaciones" o producir "generalidades huecas" –como oportunamente calificó Rajoy esta semana al recién aprobado "Plan África"–, Moratinos obtenga compromisos firmes y tangibles de colaboración frente a un problema que, lejos de paliar, el Gobierno de Zapatero ha acrecentado con su irresponsable y contraproducente regularización de inmigrantes ilegales.
Además de su periplo africano, Moratinos debe insistir en recuperar en este terreno las buenas relaciones con los socios europeos, que superen su malestar por el caso omiso que nuestro Gobierno hizo frente a sus advertencias y que restablezcan una política conjunta comunitaria frente a la avalancha que, especialmente, España está sufriendo. Sin entonar su mea culpa y sin un claro propósito de enmienda, nuestro Gobierno sólo esta abocado a gestos y parches que más que solucionar sigan encubriendo el problema.
