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EDITORIAL

Atreverse con la verdad

Si el vídeo de la FAES “ha desbordado al PP”, como algunos aseguran, será porque el entusiasmo que ha provocado entre los silenciosos y silenciados votantes de ese partido desborda el perfil bajo de muchos de sus acomplejados dirigentes

Si el vídeo de la FAES “ha desbordado al PP”, como algunos aseguran, será porque el entusiasmo que ha provocado entre los silenciosos y silenciados votantes de ese partido desborda el perfil bajo de muchos de sus acomplejados dirigentes. Por lo demás, todo lo que se dice en ese vídeo son afirmaciones rigurosamente ciertas.
 
Si algunos se han olvidado de lo que oyeron y de lo que vieron y, ¡ay! de lo que dijeron y de lo que escribieron en aquellos días de infamia, ahí están las hemerotecas para atestiguar cómo se forjó un “agujero negro” en la democracia española capaz de conseguir, por primera vez en su historia, que la criminal reacción de rechazo de los terroristas ante una determinada política, pudiera ser utilizada “legítimamente” por la oposición contra el gobierno que la había puesto en práctica.
 
A sembrar esa fractura de forma irresponsable y frívola ya se dedicó buena parte de los medios de comunicación y de la clase política mucho antes del 11-M y a partir de los atentados islamistas en Casablanca. A partir de entonces, la amenaza que para España suponía el islamismo radical, dejó de ser una "paranoia" de Aznar, con la que el entonces presidente trataba de justificar su respaldo a Estados Unidos y sus aliados, para pasar a ser una amenaza cierta que, según Felipe González, Aznar ocultaba a los españoles pese a las advertencias del CNI.
 
Podrá molestar que en el vídeo se refleje que los terroristas querían provocar con su matanza un vuelco electoral. Sobre todo a aquellos que, con ese mismo objetivo, tomaron parte activa en ese vuelco como de forma tan infame hizo la izquierda y sus medios de comunicación.
 
Nada más producirse la masacre, y cuando todos atribuían la autoría de la misma a ETA, Rajoy dio por concluida la campaña electoral. Lo mismo hicieron el resto de los partidos políticos. Sin embargo, una vez que se iba a abriendo la posibilidad de que fuera islamistas y no etarras, los responsables y, por tanto, únicos culpables, Zapatero dejó de llamar a los ciudadanos a votar "como lo hubieran hecho sin que los atentados hubieran irrumpido en escena". El PSOE abandonó entonces la "unidad de los demócratas" y empezó a acusar al Gobierno de "mentir" por apuntar a ETA. De esa forma, los socialistas no sólo trataban de excitar la ira ciudadana contra el Gobierno legítimo por un falso bloqueo de la información respecto a la autoría de esa masacre, sino que también presentaban la matanza como el resultado de la política de Aznar en Irak. Esto resultó tan infame como lo hubiera sido atribuir a la política de dispersión de presos el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. Pero eso es exactamente lo que hicieron y lo que el vídeo muestra.
 
Si algún reproche se le puede hacer al vídeo es, simplemente, por su formato, que le da un falso aire de montaje a unas verdades que, en realidad, son incontestables.
 
En una sociedad dominada por la mentira de buena parte de sus medios de comunicación, el enunciar alto y claro la verdad puede ser un riesgo equiparable al que corría el niño del cuento que se atrevió a negar el supuesto “traje del Rey” para decir que, en realidad, el monarca iba desnudo. Quien quiera liderar la recuperación de la verdad que no acalle, temeroso, al niño, ni llame, despectivamente, “vísceras” a lo que son sus ojos.

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