Menú
EDITORIAL

Berlusconi cae en una Italia que se tambalea

A la falta de apoyos parlamentarios, se suma también la crítica situación financiera de Italia, cuya deuda ha alcanzado una prima de riesgo cercana al umbral a partir del cual los expertos consideran inevitable el rescate para evitar la bancarrota.

La decisión de Silvio Berlusconi de renunciar a su cargo, en cuanto el Parlamento apruebe la ley con las reformas y medidas de austeridad que la Unión Europea exige a Italia, supone un acto de responsabilidad tanto como de asunción de lo inevitable. Y es que, por mucho que el primer ministro hubiera conseguido en la tarde de ayer aprobar la votación sobre las cuentas del Estado, esta votación dejaba igualmente de manifiesto que Berlusconi había perdido la mayoría en el Parlamento y que sólo la abstención del centro izquierda había permitido la aprobación del balance de los presupuestos de 2010.

Al hecho de que Berlusconi  haya conseguido unicamente 308 votos a favor, que se quedan lejos de los 316 diputados necesarios para tener la mayoría absoluta y poder seguir gobernando, se suman las insistentes peticiones de dimisión que le habían planteado no solo Pier Luigi Bersani, líder del Partido demócrata, nada más concluir la votación, sino también Umberto Bossi, lider de la Liga Norte y principal aliado de Berlusconi, quien habia pedido a Il Cavaliere que renunciase a su cargo en favor de Angelino Alfano, exministro de Justicia.

A la falta de apoyos parlamentarios, se suma también la crítica situación financiera por la que atraviesa Italia: según recientes cálculos del diario La Republica, Italia podría entrar en bancarrota el próximo día 25 de este mismo mes de noviembre. Aunque el pronóstico puede parecer catastrofista, lo cierto es que este martes el diferencial entre el bono italiano a 10 años con el de Alemania marcó un nuevo y alarmante record histórico en el que se alcanzó los 495 puntos básicos, muy cerca de los fatídicos 500 puntos a partir de los cuales los expertos consideran que la economía italiana entraría en un punto de no retorno que le obligaría a solicitar un rescate a Bruselas a fin de evitar la bancarrota.

Aunque la prima de riesgo había comenzado a bajar ligeramente el lunes con los rumores de la posible dimisión de Berlusconi, el posterior desmentido del primer ministro italiano y la aprobación del balance de los presupuestos de 2010 hicieron que se volviera a disparar. Eso, sin olvidar el hecho de que, según un sondeo publicado este lunes, el 75% de los italianos rechaza la acción de su Gobierno.

Todavía no está claro si tras el cese de Berlusconi, el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, procederá a las consultas habituales para formar un nuevo Gobierno dando máxima atención a las posiciones y propuestas de cada fuerza política o convocará directamente nuevas elecciones. Antes de anunciar su cese, Berlusconi había manifestado que, antes de dejar paso a la formación de un Gobierno técnico o de coalición, prefería la convocatoria de elecciones anticipadas. El problema es que el anticipo de las elecciones tampoco garantizan a Italia la salida del atolladero. Además de los meses que aun serían necesarios para su celebración, los partidos no tienen ni candidatos ni programas perfilados como alternativa clara al actual Gobierno. El hecho es que Italia está sumida en una crisis que es mucho más que económica; necesita una regeneración para poder volver a generar confianza entre los mercados. Una confianza que, ciertamente no despertaba un Berlusconi aferrado al poder, pero que tampoco garantiza su salida del Gobierno.

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 4 comentarios guardados