Menú
EDITORIAL

Caldera azota la envidia, motor del socialismo

Las cifras de Caldera no hacen sino engrandecer la decisión de Pizarro, que ha preferido servir a los ciudadanos mediante la política renunciando a semejante remuneración en la empresa privada

A cualquiera que reflexionara un poco sobre ello, le parecería tremendamente torpe el movimiento de Caldera de coger la calculadora y estimar cuánto dinero ha dejado de ganar Pizarro en relación al salario mínimo. Semejante cifra no hace sino engrandecer la decisión del turolense, que ha preferido servir a los ciudadanos mediante la política renunciando a una remuneración en la empresa privada al que la mayoría de nuestros políticos, profesionales de la cosa pública, jamás tendrían posibilidad de acceder.

Sin embargo, llegar a esta conclusión requiere pensar un poco, y como buen socialista Caldera no pretende que lo hagamos. Su objetivo era excitar uno de los más bajos instintos de su electorado, la envidia, y lograr que la imagen de Pizarro quede asociada íntimamente al dinero. Es evidente que el ministro de Trabajo no tiene inconveniente alguno con las cifras millonarias que puedan ingresar otros, desde los capitostes de Prisa a los artistas progres como Banderas. Pero sabe que a muchos de sus electores sí les molesta que haya quien gane cifras altas, especialmente si se lo han ganado con su trabajo, talento y buen hacer en el mundo de la empresa; la envidia es y ha sido siempre el motor que ha hecho funcionar el socialismo.

Muchos se rigen por su instinto y concluyen que es por el dinero que tienen otros que ellos ganen poco. Creen que la economía un juego de suma cero, en el que la ganancia de unos es la pérdida de otros. Así, dirigirán sus iras hacia el ex presidente de Endesa y, con él, hacia el PP. La lógica quizá no sea el fuerte de Caldera, pero no se le da mal el marketing electoral, no.

En Libre Mercado

    0
    comentarios