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EDITORIAL

Chacón y la 'desmilitarización' de la Fiesta Nacional

Chacón ha pretendido 'desmilitarizar' hasta el mismo Ejército, y con esto no nos referimos únicamente a su escasa dotación armamentística, también a su empeño por presentarlo como si de una ONG dedicada a labores humanitarias se tratara.

Sabíamos de su capacidad para soliviantar a los militares con normativas destinadas, entre otras cosas, a limitar su presencia en actos religiosos. De lo que no teníamos constancia hasta ahora era de que Carme Chacón también aspiraba a reducir el lógico protagonismo que adquieren nuestras Fuerzas Armadas durante la celebración de nuestra Fiesta Nacional. Así lo ha manifestado en una entrevista en TVE, en la que la ministra se ha mostrado partidaria de que el Doce de Octubre sea una fiesta "menos militar" y "mucho más civil", con la apertura de museos y otras actividades "lúdicas".

La celebración de la Fiesta Nacional en España tiene efectivamente rasgos castrenses y concede al Ejercito un lógico protagonismo, tal y como sucede en cualquier otro país. Si ya resulta lamentable que alguien cuestione este hecho cuando el Ejército es, además, una de las instituciones mejor valoradas por los españoles, resulta surrealista que ese alguien sea la ministra de Defensa.

Con todo, ¿qué cabe esperar de una ministra de cuota que pertenece a un partido como el PSC, muchos de cuyos representantes no han acudido a la celebración del Día de la Hispanidad como protesta por el hecho de que la bandera española ondease en el Ayuntamiento de Badalona durante la celebración de la Diada?

El balance de la gestión de Chacón al frente del Ministerio de Defensa es, además, el que cabía esperar de quien ha alcanzado esa responsabilidad por el mero hecho de ser mujer, sin olvidar tampoco de quién lo es. Como ministra de cuota, parecería que a Chacón le haya bastado pasar revista a nuestras tropas embarazada para equipararse al elogiable grupo de mujeres que pertenecen a nuestras Fuerzas Armadas, algunas de las cuales ya han dado su vida por España o han destacado por ser el número uno de su promoción.

La ministra de Defensa se ha caracterizado durante todo su mandato por su renuencia a dar explicaciones sobre las vicisitudes, el sentido y el futuro de nuestra presencia militar en todas y cada una de las misiones internacionales en las que hemos estado y seguimos estando inmersos. Ni siquiera ha dado la cara en rueda de prensa para dar explicaciones cuando nuestros soldados han caído en la silenciada guerra de Afganistán, dejando en muchas ocasiones esos menesteres al entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tampoco ha destacado Chacón a la hora de informar del papel de su ministerio en la lucha contra los terroristas cuando estos han secuestrado a españoles fuera de nuestras fronteras, seguramente porque se limitó al de hacer llegar a los piratas el dinero por el que secuestraban y han seguido secuestrando. Tampoco ha informado apenas del contenido de sus reuniones con sus homólogos aliados, ni siquiera si las ha mantenido, aun tras conocerse decisiones tan trascendentales y que tanto nos afectaban como el anuncio de retirada a plazo fijo de Afganistán que hizo Obama.

Por desmilitarizar, Chacón ha pretendido desmilitarizar hasta el mismo Ejército, y con esto no nos referimos únicamente a la escasa dotación material y armamentística que le ha procurado o a las normativas que, por "razones estéticas", pretendían erradicar determinadas señas de identidad de algunos cuerpos como la Legión. Nos referimos también a su empeño por ocultar su carácter castrense y por presentar a nuestro Ejército como si de una ONG dedicada a labores humanitarias se tratara.

Lo que no se le puede negar a Chacón son sus esfuerzos por alejar al público lo más posible de donde se ubican las autoridades durante el desfile militar para evitar el abucheo a su Gobierno. Cien metros de distancia, un nuevo recorrido para el desfile y el no anunciar por megafonía la llegada de Zapatero no han impedido los lógicos abucheos del público, pero sí que las autoridades los oyeran.

Con todo, por muy efectivo que haya sido su blindaje antiabucheos, esto no es mérito suficiente para conceder buena nota a un ministro de Defensa, por muy mujer que sea.

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