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EDITORIAL

CIS: debacle del PSOE y eclosión de Ciudadanos

El último barómetro del CIS vaticina el fin del bipartidismo en beneficio de Ciudadanos, que irrumpe hasta en las provincias con menos escaños.

El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) agranda los efectos demoscópicos que se venían observando en los estudios recientes encargados por distintos medios de comunicación. El PP frenaría la caída espectacular de las últimas citas electorales y Ciudadanos confirmaría su crecimiento espectacular y estaría en condiciones de ser determinante para la conformación del próximo Gobierno. Paralelamente, el PSOE de Pedro Sánchez agravaría la crisis en la que permanece sumido desde 2011, mientras que Podemos habría frenado sus expectativas electorales, si bien se impone claramente entre los sectores más radicales de la izquierda, en perjuicio de Izquierda Unida.

El Gobierno contempla con alivio los resultados de este último sondeo, que mantiene al Partido Popular como primera fuerza política a distancia considerable del PSOE, su principal perseguidor, al menos por el momento. Ahora bien, este barómetro del CIS pone de relieve una circunstancia inédita que cuestiona la tradicional hegemonía de las dos grandes fuerzas políticas en las circunscripciones menos pobladas.

A tenor de los datos del CIS, Ciudadanos irrumpe en nada menos que 39 de las 52 provincias. Eso significa que los votantes de aquellas circunscripciones con menor número de escaños irán a votar el próximo 20-D con la posibilidad de votar a un nuevo partido sin el temor de que su voto quede sin representación en el Parlamento.

La presencia de Ciudadanos en la mayoría de las provincias con menos de cuatro escaños en juego se produce en detrimento del PSOE. Pero es que en las grandes circunscripciones la suerte de los socialistas no es mucho mejor. El caso de Madrid, donde Pedro Sánchez cosecharía el mayor de sus fracasos, es paradigmático del pago que el votante socialista tiene reservado a un partido que ha entregado el Ayuntamiento de la capital de España a un grupo de radicales desnortados, liderados por un personaje tan peculiar como la inefable Manuela Carmena, cuya capacidad destructiva está ya fuera de toda duda.

El fichaje estrella de Pedro Sánchez, Irene Lozano, tendrá que confiar en que se frene esta caída espectacular en la intención de voto para poder seguir en el Congreso de los Diputados tras haber cambiado de chaqueta. El caso de la exmilitar Zaida Cantera, la otra estrella de Sánchez, es todavía más apurado, porque de confirmarse los datos de este sondeo quedaría fuera del Parlamento. Otro tanto cabe decir del también militar José Julio Rodríguez, que de ser el ministro de Defensa in pectore en un Gobierno de ultraizquierda ha pasado a ver cómo su acta de diputado queda pendiente de un hilo.

El barómetro del CIS, en tanto que estudio demoscópico, tiene un valor relativo. Sin embargo, los datos aportados confirman una tendencia innegable que puede acabar con el actual sistema de dos grandes partidos alternándose en el poder. La buena noticia es que la tercera fuerza con relevancia parlamentaria ya no es el movimiento arracimado en torno a los bolivarianos de Podemos, sino un partido con un programa sensato, homologable al de los partidos determinantes en los países más prósperos de Europa.

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