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EDITORIAL

El doble lenguaje del presidente

Rajoy ha valorado muy positivamente el acuerdo alcanzado por los líderes de la UE para avanzar en la unión bancaria, pero ha cosechado un rotundo fracaso.

Por desgracia, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha heredado de su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, la mala costumbre de emplear un doble lenguaje, falaz al tiempo que engañoso, a la hora de dirigirse a la opinión pública, y trata a los españoles como si fuesen niños. Del "No hay crisis" del socialista hemos pasado al "No hay rescate" del popular. Como si las palabras pudiesen ocultar la triste realidad.

Rajoy ha valorado muy positivamente el acuerdo alcanzado por los líderes de la UE para avanzar en la unión bancaria, cuando en realidad ha sido un rotundo fracaso para las pretensiones de su Gobierno. Tal y como se preveía, la canciller alemana, Angela Merkel, ha impuesto su postura a sus socios comunitarios. La puesta en marcha del supervisor único europeo, paso previo para permitir la recapitalización directa de los bancos en problemas, se retrasa hasta 2014, cuando Rajoy –así como los gobernantes de Francia, Italia y Portugal– deseaba que estuviera listo a finales de este mismo 2012. Por si fuera poco, Merkel ha zanjado el debate sobre el rescate directo del sistema financiero español tras rechazar de forma tajante su aplicación con carácter retroactivo. Es decir, el garante del préstamo europeo de hasta 100.000 millones de euros para la banca española será el Estado español, por lo que el uso de ese dinero contabilizará como deuda pública y las posibles pérdidas como déficit.

Ante tal derrota, Rajoy se ha afanado en quitar hierro al asunto, y lo que hasta ahora era prioridad absoluta para el Gobierno, conseguir el sí de Merkel a la recapitalización directa, ha dejado de ser urgente y relevante de un día para otro. "Tampoco es la preocupación más importante del Gobierno de España", ha llegado a afirmar el presidente, en referencia a los 40.000 millones de euros que recibirá la banca del fondo permanente de rescate europeo, que elevarán la deuda pública en cuatro puntos porcentuales del PIB.

El Gobierno se engañó a sí mismo, y engañó a los españoles, al calificar de exitosa la cumbre europea de junio y dar por hecha la recapitalización directa de la banca, cuando en realidad era simple humo, tal y como acaba de evidenciar esta última reunión. Hizo mal entonces en vender la piel del oso antes de cazarlo, y hace mal ahora al tildar de éxito lo que ha sido una clara derrota política.

Más llamativa si cabe es la constante contradicción del Ejecutivo sobre el rescate soberano. Esta misma semana, fuentes oficiales filtraban a diversos medios extranjeros que la intención del Gobierno era solicitar en breve un "rescate virtual", para activar así la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE). Horas antes de la cumbre, reconocían en privado que dicha solicitud de ayuda no se produciría durante la reunión de la UE, dejando así la puerta abierta a una petición inminente, este fin de semana o, como muy tarde, la semana que viene. La proximidad del rescate se materializó de inmediato en los mercados en una sustancial caída de la prima de riesgo e importantes subidas bursátiles. Sin embargo, esta posibilidad ha sido negada insistentemente, una vez más, por el propio Rajoy y su círculo más cercano durante y después de la cumbre, lo cual no sólo es contradictorio sino contraproducente, ya que genera nuevas incertidumbres de forma innecesaria.

El presidente y el resto del Gobierno deberían abandonar ya este doble lenguaje. En primer lugar, porque nada ganan con ello; en segundo término, porque les quita credibilidad, de la que no andan sobrados; finalmente, y aún más grave, porque implica engañar a los ciudadanos. Rajoy debería hablar claro y sin tapujos a los españoles, siempre con la verdad por delante, como por ejemplo hizo Fuentes Quintana en 1977, en plena crisis del petróleo y en vísperas de los Pactos de la Moncloa.

En momentos difíciles como el actual necesitamos grandes líderes políticos, no mandatarios que desvirtúen la realidad por mero electoralismo.

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