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EN SU REVISTA

La OCU alerta a Sanidad ante la venta de medicamentos a través de Internet

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha dirigido a las autoridades sanitarias para presentarles los resultados del estudio realizado sobre la venta de fármacos en Internet y pedirles que adopten medidas para evitar “este tráfico de medicamentos”.

L D (EFE) Así lo indica esta asociación en su revista “OCU Salud”, donde explica que “a pesar de lo establecido en la legislación española, es relativamente sencillo comprar por Internet fármacos que además llegan a nuestro país pasando sin problemas los controles aduaneros y, todo ello, independientemente de que precisen o no una receta médica”. Durante los meses de octubre y noviembre del año pasado, la OCU visitó más de cuarenta “farmacias o seudofarmacias virtuales” en las que se ofertan medicamentos.

Centró su búsqueda en fármacos cuyo consumo incontrolado pueda entrañar importantes riesgos para la salud, como los antidepresivos, medicamentos que no se comercializan en España porque no están autorizados, o productos de coste muy alto. En muchas de las páginas no fue posible comprar nada porque no tenían servicio para España, pero en diez de ellas se encargaron 16 fármacos que se pagaron mediante tarjeta de crédito.

Entre los medicamentos que se recibieron se encuentra por ejemplo DHEA, hormona que no se vende en España; Xenical, tratamiento para la obesidad que precisa de receta médica; Viagra; o Aldactone, un antihipertensivo que también necesita receta. Según señala la OCU, a pesar de que la venta de medicamentos a distancia está prohibida en España, los productos adquiridos llegaron de Tailandia, Estados Unidos, Islas Fiji, Brasil, Nueva Zelanda y el Reino Unido y pasaron un control de aduanas. Ante esta situación, la asociación de consumidores reclama mayores controles en aduana, ya que los fármacos llegan “camuflados”.

Siete de los productos se enviaron en el envase original pero dentro de una caja con etiquetas en las que se señalaba, por ejemplo, “juguete para niños” o “ratón de ordenador”; en uno caso las tabletas estaban en un frasco con el prospecto pegado con celo; en cinco casos el envase original había sido abierto y se mandaban los comprimidos junto a la caja “aplastada”; y en los otros tres los comprimidos llegaron en sobres normales. Los precios son en general “mucho más caros” que los españoles, según apunta la OCU, para quien el mayor riesgo reside en la falta de control del médico y del farmacéutico y en la ausencia de prospecto claro y redactado en español.

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