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EDITORIAL

El Madrid de Manuela Carmena y la democracia degenerada

El Gobierno antisistema de la ciudad de Madrid es una amenaza de primer orden para la capital y sus muy sufridos y expoliados ciudadanos.

El Ayuntamiento de Madrid ha dado a conocer este lunes los resultados de la consulta popular que pergeñó en su momento para poco menos que refundar la Villa y Corte, como con soberbia ridícula han venido vendiendo el disparate Manuela Carmena y su tan incompetente como irresponsable equipo de Gobierno.

Sin vergüenza, la portavoz del Gobierno municipal neocomunista, Rita Maestre, ha calificado de "éxito rotundo" una consulta ciudadana en la que no han tomado parte 93 de cada 100 madrileños llamados al voto, entre los que había menores de edad (16 años). Ocho días ha tardado el Ayuntamiento en contar los sufragios emitidos por 212.108 personas, que se han pronunciado sobre asuntos tales como la sostenibilidad de la capital, la remodelación de lugares emblemáticos de la misma –como la Plaza de España o la Gran Vía– o si les parece bien afrentar al Rey quitando su nombre de un parque público. A esta última demanda han respondido afirmativamente 2.528 sujetos, el 0,1% del censo, y Manuela Carmena y compañía tendrán la desfachatez de proclamar que van a infamar a Felipe VI en nombre del pueblo madrileño.

Esta payasada plebiscitaria que ha permitido al Ayuntamiento capitalino despilfarrar 1,1 millones de euros de los contribuyentes madrileños –para satisfacción de empresas como Agora Voting, que curiosamente también puso el cazo en la reciente Asamblea General de Podemos– tiene mucha más importancia de lo que pudiera parecer a primera vista. La izquierda liberticida que desgobierna Madrid es alérgica a las democracias liberales y fanática de las que tienen la desgracia de padecer en lugares como la Venezuela del infame Nicolás Maduro. Y estos plebiscitos manipulados desde su mera concepción y que no son sino versiones especialmente degeneradas de los procesos electorales dignos de tal nombre son una de las herramientas de que se sirve para tratar de socavar las instituciones democráticas a base de crear instancias paralelas pretendidamente legitimadoras de sus desmanes.

El Gobierno antisistema de la ciudad de Madrid es una amenaza de primer orden para la capital y sus muy sufridos y expoliados ciudadanos, e iniciativas tan peligrosas como estas consultas plebiscitarias –tan típicas de las peores tiranías– han de ser rechazadas con toda firmeza y contundencia. Lejos de dar un plus de legitimidad a unos gobernantes que de hecho ni siquiera fueron capaces de ganar las elecciones municipales que les auparon al poder, les ponen en clamorosa evidencia y, en el caso que nos ocupa, les impiden hablar en nombre de un pueblo que les ha dado la espalda de manera prácticamente unánime.

El PSOE tiene una tremenda responsabilidad en el desgobierno de la capital, que jamás habría caído en manos de personajes como Carmena, Maestre o el concejal Zapata sin su visto bueno. Si aún le queda un adarme de dignidad política, debería poner freno de inmediato a los planes abominables de quienes quieren convertir Madrid en una comuna bolivariana.

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