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EDITORIAL

El PSOE, con la ETA

Jaleado por la izquierda radical, el PSOE ha decidido seguir escribiendo su particular historia de la infamia con la aquiescencia del Ejecutivo.

El bochorno de la última operación antiterrorista del Ministerio del Interior, frustrada parcialmente por una filtración del propio departamento, ha traído como secuela una votación en San Sebastián en la que el PSOE ha vuelto a demostrar cuál es el papel que pretende desempeñar en este grave asunto.

La Junta de Portavoces del Ayuntamiento donostiarra aprobó este jueves, con los votos favorables del grupo socialista y la ausencia de los representantes populares, una vergonzosa declaración en relación a las detenciones llevadas a cabo en el País Vasco y Navarra el día anterior que considera esa operación policial como un "obstáculo en el actual contexto político" y un paso atrás en la "esperanza extendida (sic) de que se afiance el proceso de construcción de la paz y la convivencia democrática". Para los socialistas vascos, la puesta a disposición judicial de ocho personas implicadas directamente en las acciones de una banda terrorista no es un éxito policial por el que haya que felicitarse, sino un “obstáculo” para la paz, en perfecta sintonía con el brazo político de la ETA y el Gobierno vasco, cuyo presidente no ha perdido la oportunidad de salir también a la palestra con idénticos argumentos.

La estrategia de rendición ante el terrorismo, iniciada por Zapatero, sigue vigente, socavando el Estado de Derecho. No es extraño que esto suceda si se tiene en cuenta que fue Rubalcaba, actual secretario general del PSOE y entonces responsable de Interior, el encargado de ejecutar el mandato de negociar en pie de igualdad con una banda de asesinos responsable de la muerte de más de ochocientos españoles.

Pero en esta labor infamante para con las víctimas del terrorismo y la Nación en su conjunto los socialistas no están solos. Desde las filas de Izquierda Unida no han faltado voces que saludan las concesiones injustificadas a los verdugos como ejemplo de exquisitez democrática, mientras dedican a las víctimas todo tipo de improperios. Es el caso del diputado comunista Garzón, caracterizado por su juventud y falta de escrúpulos, cuyas intervenciones públicas al lado de los criminales y denostando a sus víctimas lo retratan perfectamente como el esbirro de la ideología totalitaria que es.

Jaleados por la izquierda radical y sin el menor respeto por el sufrimiento de las víctimas, los socialistas han decidido seguir escribiendo su particular historia de la infamia con la aquiescencia del Ejecutivo. Por más que les pese a los socialistas y al actual Gobierno, día tras día se confirma que todo lo ocurrido recientemente en este ámbito, como las excarcelaciones masivas de terroristas realizadas injustificadamente tras el fallo de Estrasburgo, responde a un guion establecido en el acuerdo de Zapatero con la ETA, que los principales dirigentes políticos e instituciones están dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias.

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