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EDITORIAL

Eludir las instituciones... y contratar a cuatro expertos

Es a la vista de todos esos obstáculos por cambiar las reglas de juego, por lo que los separatistas y el PSOE tratan ahora de burlarlas, tratándonos de vender "el pulpo como animal de compañía"

Francisco Balaguer Callejón, Javier García Roca, Manuel Medina Guerrero y Alejandro Saiz Arnaiz son los nombres y apellidos de los cuatro catedráticos que han estampado su firma y su "prestigio" profesional en el informe encargado por el PSOE para evaluar el proyecto de reforma "estatutaria" catalán.
 
Junto con el secretario de política autonómica, Alfonso Perales, y coordinados todos ellos por esa cumbre del pensamiento constitucionalista español que se llama Alfredo Pérez Rubalcaba, estos cuatro juristas han constituido la comisión de estudio que ha llegado a una conclusión tan determinante como explícita. A saber, que "desde una perspectiva sustantiva, la Propuesta no comporta una confrontación directa y manifiesta con los principios constitucionales, ni puede en modo alguno calificarse como una reforma encubierta de la Constitución, algo, por lo demás, imposible en el ordenamiento jurídico español".
 
Bien es verdad que, para llegar a esta conclusión, el informe no ha tenido más remedio que admitir "la necesaria mejora de diversos aspectos" de la propuesta y, sobre todo, eludir pronunciarse sobre una cuestión que, por lo visto, para estos expertos no es "sustantiva", sino "teorética", como es la proclamación de Cataluña como "nación", tal y como recoge el artículo 1 del proyecto de "reforma". Por lo visto, esta proclamación "teorética" deja, por ello, de ser evaluable y, sobre todo, deja de impregnar de inconstitucionalidad los ejes fundamentales de todo el articulado y proyecto de "reforma" estatutaria.
 
Así las cosas, lo importante es señalar que, con esta conclusión hecha informe, los "expertos" exculpan al partido que les ha hecho el encargo, de haber perpetrado una viciosa admisión a trámite, como reforma estatutaria, de lo que, ciertamente, hubiera sido "imposible" admitir como proyecto de reforma constitucional. Y es que, por mucho que Maragall, de la mano de los separatistas, reclamara coherentemente –tal y como no hace mucho tiempo hacía– la reforma de nuestra Carta Magna para dar "cabida" a su estatuto soberanista, tal propósito es, ciertamente, imposible sin el consenso del PP y el respaldo directo del conjunto de los ciudadanos españoles, por vía de referéndum y nueva convocatoria de elecciones generales. Es a la vista de todos esos obstáculos por cambiar las reglas de juego, por lo que los separatistas y el PSOE tratan ahora de burlarlas, tratándonos de vender el pulpo como animal de compañía. Un pulpo, eso, sí con mucho maquillaje.
 
Si de verdad el PSOE hubiera querido evaluar objetivamente el proyecto de marras, no hubiera eludido, tal y como ha hecho en la Mesa del Congreso, el informe del Consejo General del Poder Judicial, ni del Tribunal de Cuentas ni el del Consejo de Estado. En lugar de eso, se ha ido a buscar a cuatro catedráticos que suscriban esa burla jurídica. Y los ha encontrado: Francisco Balaguer Callejón, Javier García Roca, Manuel Medina Guerrero y Alejandro Saiz Arnaiz, con la estimable colaboración de Alfonso Perales y Alfredo Pérez Rubalcaba, han llegado a la conclusión de que el más inminente jaque a la continuidad de España como nación "no comporta una confrontación directa y manifiesta con los principios constitucionales".
 
Es una pena que todos estos docentes no hayan comparecido, junto a los políticos, en la rueda de prensa que ha dirigido el secretario de Organización del PSOE, José Blanco. Deberían de haber dado la cara, tras esa maravilla de informe con el que, seguro, engrosarán su currículum vitae y con el que, de paso, llenarán de ánimos a José Blanco para acabar, de una vez, la carrera de Derecho.

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