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EDITORIAL

En Francia reaccionan; en España, sólo amagan

Los franceses reaccionan y unidos declaran la guerra al terrorismo islámico, mientras aquí se celebran 'pactos de Estado' en los que nada se pacta.

"Es necesario aumentar la lucha contra el terrorismo dentro del país, pues los tres atacantes eran franceses, nacidos y educados en el Hexágono. Pero también fuera, ya sea en Mali, en Libia o en Nigeria, en Irak o en Siria contra el Estado Islámico". Con estas palabras de François Hollande se podría resumir la reacción de París ante el terrorismo islámico: tras desplegar más de 10.000 soldados en territorio nacional para ocuparse de la vigilancia y protección de "lugares sensibles" y abortar la reducción de efectivos de Defensa tenía previsto acometer durante los próximos tres años, el presidente francés ha anunciado que enviará el portaaviones Charles de Gaulle a Irak para combatir al Estado Islámico.

En cuanto a su primer ministro, Manuel Valls, tras proclamar que "Francia está en guerra contra el terrorismo", ha anunciado diversas medidas contra el yihadismo en el interior del país, tales como el aislamiento en las cárceles de los islamistas o la puesta en marcha de un nuevo fichero de personas condenadas por terrorismo que estarán sometidas a vigilancia. Además, Valls ha denunciado el antisemitismo, contra el que "parte de la sociedad francesa y los intelectuales no han reaccionado lo suficiente", se ha lamentado.

El jefe del Ejecutivo galo pretende que un próximo proyecto de ley refuerce los servicios encargados de la información interior y la vigilancia de internet y las redes sociales, usadas "más que nunca por los yihadistas". Por otra parte, ha indicado que en septiembre estará operativo un registro de datos de pasajeros de aerolíneas, herramienta bloqueada en el trámite parlamentario europeo, e instado a la UE a aplicar sin demora esta medida.

No hace falta señalar las reivindicaciones que Al Qaeda ha hecho de la matanza en Francia ni sus referencias a España para saber saber que cualquier país occidental está en el punto de mira del terrorismo islámico. Así las cosas, podríamos comparar las medidas que se están tomando en Francia con las que supuestamente PP y PSOE han acordado en España; si no fuera, claro está, porque el publicitado "pacto de Estado" alcanzado por ambas formaciones no contiene hasta la fecha medida alguna. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, no ha hecho sino ahondar en el ridículo este miércoles al afirmar: "Acordamos que íbamos a acordar la forma del acuerdo".

Poco arreglo a tal "chapuza propagandística" –como con acierto lo ha calificado la dirigente de UPyD Rosa Díez– han supuesto las posteriores explicaciones de otros representantes del PP, que han asegurado que el referido pacto de Estado se basará en las 12 enmiendas que el PP presentó para la reforma del Código Penal directamente relacionadas con el terrorismo islamista. Y es que dichas declaraciones no sólo no han contado con el respaldo de ningún representante socialista, sino que hacen referencia a unas enmiendas que el PSOE rechazó en su día.

Aunque la reacción francesa no haya sido pomposamente denominada "pacto de Estado", el hecho es que ha contado con un amplísimo respaldo en la Asamblea Nacional. Por otro lado, tal y como reflejan las encuestas, la gestión del Gobierno francés tras los ataques islamistas está siendo ampliamente respaldada, no sólo por el electorado socialista, también por la inmensa mayoría de los votantes de los partidos de la oposición, incluidos los ecologistas y el Frente Nacional.

No es necesario recordar el acoso que, tras el 11-M, y para regocijo de los terroristas, sufrieron las sedes del PP, para sentir sana envidia por la imagen de unidad contra el terrorismo que están dando los franceses. Y no sólo a la hora de entonar al unísono La Marsellesa. Allí reaccionan unidos, mientras aquí se celebran pactos de Estado en los que no se pacta nada.

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