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EDITORIAL

ETA: Verificación de un encubrimiento

A la vista está que la "verificación" no fue más que una mentira y un encubrimiento institucional para justificar el inicio oficial de unas negociaciones con ETA que, en realidad, habían comenzado mucho antes del primer comunicado de alto el fuego

Junto a la noticia de que los dos etarras detenidos el pasado domingo en Mondragón planeaban colocar un coche bomba en un aparcamiento público de Madrid, la información facilitada sobre la actividad que venían desarrollando estos etarras –también durante la tregua- ha dejado tan involuntaria como claramente en evidencia hasta qué punto el gobierno del 14M mintió en la llamada “fase de verificación” del no menos engañoso “proceso de paz”.
 
El mismo concepto de “verificación” inducía a engaño. Bastaba simplemente leer los comunicados de tregua de la organización terrorista para saber que el gobierno mentía y que no estábamos ante esa oferta de entrega de las armas “sin letra pequeña y sin contrapartidas políticas, con la única condición de que se dé salida a los terroristas presos”, que Zapatero aseguró a Fernando Savater haber recibido de ETA meses antes del primer comunicado de “alto el fuego”. Por el contrario, estabamos ante un descarado chantaje en el que los terroristas claramente condicionaban el cese de la violencia a la consecución de los objetivos totalitarios por los que han venido matando. 
 
ETA advirtió desde el primer momento de lo “reversible” que era todo ese mal llamado “proceso de paz” si el gobierno de Zapatero no cumplía todos y cada uno de sus “compromisos adquiridos”. El Gobierno, por su parte, quiso desde el primer momento hacer creer a los españoles que los etarras estaban en mejor disposición de la que estaban.
 
De hecho, uno de los etarras ahora detenido no sólo era uno de los que perpetraron ese “accidente” -Zapatero dixit- que costó la vida a los dos ciudadanos ecuatorianos en Barajas, sino también uno de los que, meses antes, leía encapuchado y dando tiros al aire la enésima advertencia sobre lo reversible de la tregua si el gobierno no cumplía lo acordado.
 
El gobierno de Zapatero dijo haber verificado una “voluntad de paz” que no sólo contradecían de manera pública los términos de los comunicados de ETA, sino tambien la extorsión a los empresarios vascos y navarros o los robos de explosivos y armamento llevados a cabo durante la tregua. Toda una mentira y un encubrimiento institucional para justificar el inicio oficial de unas negociaciones con ETA que, en realidad, habían comenzado mucho antes del primer comunicado de alto el fuego y que proseguirían meses después de que ETA diera oficialmente por concluida la tregua.
 
Ahora sólo cabe advertir de cómo Zapatero sigue recurriendo a la mentira cuando afirma, respecto a ANV, de “que nadie se va a saltar la ley”. ¿No es esto acaso una forma de encubrir que los proetarras de ANV se saltaron y se siguen saltando la ley de partidos desde el momento en que ETA escogió sus siglas como recambio para Batasuna?

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