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EDITORIAL

Garzón, a sabiendas de lo que hace

Garzón podrá proseguir su huida hacia delante, pensando que no hay mejor defensa que un buen ataque. Sin embargo, así sólo debería lograr que la denegación de amparo del CGPJ se convierta en una más que merecida apertura de expediente disciplinario

Podemos estar equivocados, pero creemos que Garzón es perfectamente consciente tanto de lo que hace como de lo que ha dejado de hacer desde que remplazó al juez Marlaska. Este entusiasta defensor del mal llamado "proceso de paz" y del diálogo "hasta con el diablo" parece empecinado en distorsionar la investigación sobre la bochornosa falsificación de los informes sobre el ácido bórico, insistiendo en arrogarse unas competencias que no tiene para esclarecer ese tipo de delito; un delito del que, encima, ha acusado precisamente a los peritos que se atrevieron a denunciarlo. Más le valdría dedicar sus energías a combatir la impunidad con la que los batasunos se saltan a la torera la Ley de Partidos o a esclarecer, de una vez por todas, la autoría de la clamorosa colaboración con banda armada perpetrada por los autores del "chivatazo" a ETA.

El auto que este miércoles ha dictado la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional no ha podido ser más claro al confirmar su decisión de remitir el caso a los Juzgados de Instrucción de Madrid, que son los que tienen competencias para la investigación de este tipo de delitos. Garzón, sin embargo, ha hecho nuevamente oídos sordos de este auto y mantiene las diligencias de "su investigación" insistiendo en volver a interrogar a los peritos el próximo día 18.

Llegados a este punto, ya no se trata de tener presente las denuncias y las querellas que, contra este juez, han interpuesto los propios peritos o el sindicato "Manos Limpias"; ni siquiera es cuestión de tener que esperar a los resultados que obtenga el Servicio de Inspección del CGPJ respecto al presunto maltrato dado por Garzón a los tres peritos que declararon ante él, sin abogados y como testigos, el pasado jueves. Se trata tan sólo de constatar si el juez Garzón sólo pretende un inmerecido respaldo del Poder Judicial frente a las legitimas críticas que le dirigimos cada vez más medios de comunicación o también pretende arrogarse una "independencia" frente a un auto que, como el ya emitido por la Sala Penal de la Audiencia Nacional, debía ser para él de obligado cumplimiento.

Garzón podrá proseguir su huida hacia delante, pensando que no hay mejor defensa que un buen ataque. Se siente sin duda arropado por comunicadores próximos a la jubilación que pretenden la censura de la prensa libre. Sin embargo, así sólo debería lograr que la denegación de amparo por parte del CGPJ se convierta en una más que merecida apertura de expediente disciplinario.

Claro que la desfachatez de algunos siempre cuenta a su favor con los complejos de los demás.

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