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EDITORIAL

Impunidad de Otegi y complicidad de la fiscalía

Desde aquí, y tal y como ya hicimos con ocasión de la excarcelación de De Juana, lo primero que queremos expresar es nuestra solidaridad a todas las víctimas del terrorismo al ver cómo quedan impunes las palabras de enaltecimiento de sus verdugos

Si hace dos días denunciábamos la bochornosa insistencia con la que la "Fiscalía" volvía a alinearse con los abogados defensores de Batasuna para pedir un infundado aplazamiento en el juicio contra el dirigente proetarra Arnaldo Otegi por un delito de enaltecimiento del terrorismo, hoy tenemos que denunciar la infamia perpetrada por el gubernativo "Ministerio Fiscal", el cual, al ver nuevamente rechazadas sus pretensiones de aplazamiento, ha optado directamente por retirar su acusación, lo que supone la imposibilidad de celebrar el juicio y, por tanto, la impunidad de ese canalla.

Desde aquí, y tal y como ya hicimos con ocasión de la excarcelación de De Juana, lo primero que queremos expresar es nuestra solidaridad a todas las víctimas del terrorismo y hacer nuestro su sufrimiento al ver cómo quedan impunes las palabras de enaltecimiento de sus verdugos, que Otegi profirió con ocasión del entierro de una etarra, fallecida mientras manipulaba una bomba en un apartamento de Torrevieja. No caben ahora mortificaciones por parte de las víctimas por no haberse personado en esta causa, sino comprender el hecho terrorífico, orweliano, pero real, de que con este Gobierno el lenguaje y las instituciones son y representan lo contrario de lo que debería ser.

La propia tomadura de pelo del "intocable" Otegi de no presentarse y tener que ser llevado detenido ante el Tribunal que, si no es por la "fiscalía", debía haberlo juzgado, no obedece más que a una nueva muestra de confianza del proetarra –una más– en el servil "Fiscal General del Estado", plegado a la "política" de apaciguamiento colaboracionista que, desde el primer momento, viene practicando el Gobierno del 14-M.

Este histórico y nauseabundo comportamiento de la fiscalía, aun siendo el más grave, no es sino un paso más de los que ya ha dado quien, como Cándido Conde Pumpido, no le importa "ensuciarse la toga con el polvo de camino" por una falsa "paz" con ETA, para la que también ya pidió que la "ley no sea obstáculo". El subordinado y obediente fiscal de la Audiencia que ha ejecutado esta última tropelía es el mismo que sustituyó al ejemplar fiscal que fue apartado en el "caso De Juana" por negarse a solicitar la rebaja penal que le ordenaban sus superiores.

En cuanto a José Luis Rodríguez Zapatero, máximo responsable de toda esta histórica humillación del Estado de Derecho que implica su felón, falso y, desde el atentado de Barajas, acelerado "proceso de paz", sólo podemos dedicarle nuevamente nuestro justificado desprecio. Hoy ha dado nueva muestra de su cinismo al afirmar que la Ley de Partidos se cumplirá "al pie de la letra". Como si no se hubiera incumplido ya con los proetarras del PCTV. Como si no la incumplieran todos los días de la semana los propios batasunos.

La desfachatez del presidente del Gobierno ha sido en esta ocasión especialmente evidente pues, mientras Zapatero pronunciaba sus hipócritas compromisos de observancia de la legalidad, los titulares de Batasuna burlaban, un día más, la sentencia de ilegalización, que también les prohibía su actividad pública. Han repartido 40.000 ejemplares de un periódico de ocho páginas con sus propuestas para la capital vizcaína y sus próximas convocatorias, incluida la del BEC, en Baracaldo, el próximo día 31 de este mes, en lo que supone un claro acto electoral.

¿Qué creen los lectores que estaba haciendo mientras tanto la Fiscalía del Estado? Pues, lo dicho, preparar la impunidad de Otegi.

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