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EDITORIAL

Kosovo y las incongruencias de Zapatero

Es evidente que la declaración unilateral e ilegal de independencia de Kosovo ha trastocado moral, política y jurídicamente las obligaciones y responsabilidades originales del contingente de la KFOR en el que están integrados nuestros soldados.

No le falta razón al portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, al denunciar la incongruencia del Gobierno de Zapatero por mantener tropas españolas en Kosovo pese a no haber reconocido la ilegal declaración de independencia de esta provincia serbia. Claro que si lo que caracterizara a Zapatero fuera la coherencia, su Gobierno no habría repudiado en Irak lo que ha respaldado en Afganistán, ni hubiera suscrito una resolución de la ONU que pedía ayuda militar a la transición democrática en Irak tras haber dado orden de retirada a los soldados españoles de ese país.

En cualquier caso, es evidente que la declaración unilateral e ilegal de independencia de Kosovo ha trastocado moral, política y jurídicamente las obligaciones y responsabilidades originales del contingente de la KFOR en el que están integrados nuestros soldados. Nuestro Ministerio de Exteriores alega que lo que nuestros soldados llevan a cabo es una misión de "seguridad" y "estabilidad". Sin embargo, ¿cual es el statu quo al que se quiere dar estabilidad y seguridad? Vistas sus últimas actuaciones, la que fuera una misión de paz en un territorio bajo administración de Naciones Unidas parece ahora más bien una fuerza de ocupación destinada a someter a la minoría serbia a la política de hechos consumados de la mayoría albanokosovar.

El Gobierno de España no debe contribuir con su respaldo militar al gravísimo error que han cometido Estados Unidos, Francia y otros aliados al reconocer una independencia que no es sólo ilegal, sino que puede suponer un polvorín en el centro de Europa. Es además especialmente contraria a los intereses de España, pues semejante secesión constituye un peligrosísimo estimulo para las formaciones separatistas de nuestro país, que son –en otro alarde de falta de coherencia– las que Zapatero elige de aliados de gobierno.

El "derecho de los pueblos" –incluido el albanokosovar– a decidir por sí mismos no puede significar en la práctica que cada minoría étnica, lingüística o religiosa disponga de un Estado independiente, sino que toda minoría disfrute de la protección de las leyes del Estado del que forme parte. A este último objetivo estaban convocados originalmente nuestros soldados en Kosovo, y no, desde luego, a imponer la "estabilidad" y "seguridad" de una secesión ilegal.

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