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EDITORIAL

La incompetencia socialista en Galicia

Tres veranos con el PSOE al frente del gobierno de España y tres incendios con víctimas mortales en comunidades autónomas gobernadas también por los socialistas. Casualidad, diríase.

El sectarismo y extremismo del Gobierno Zapatero y su PSOE nos ha hecho olvidar una característica básica del socialismo español cuando está en el Gobierno: su profunda, total y completa incompetencia. Así, cuando Touriño y Quintana llegaron al poder, lo segundo que hicieron después de celebrarlo fue desmantelar todo el operativo anti-incendios que en tiempos de Fraga logró mantenerlos en límites aceptables. Su sectarismo les impedía confiar en aquellos que llevaban la manguera antes de su llegada, cual elefante en cacharrería, a la Xunta. Tras despedir a los responsables, limpiaron también a la tropa de infantería en la lucha contra el fuego a través de la exigencia de conocer, no el gallego que se habla en los pueblos, sino el gallego normalizado que sólo conoce quien creció en los normalizados centros de enseñanza.

Al mismo tiempo prometieron una ley de emergencias que solucionaría ella sola el problema del fuego en Galicia y que, por supuesto, aún está en estudio. El resultado han sido los dos peores años en cuanto a incendios que se recuerdan. En 2004, el último año bajo el mandato del PP, ardieron 32.098 hectáreas de bosque. En 2005, el primer año de la triunfante hégira nacionalsocialista, fueron ya 57.280. Y este años todos estamos viendo el camino que llevan.

Estos incompetentes en la gestión pero, reconozcámoslo, brillantes en la propaganda, intentaron salir al paso echando la culpa al gobierno anterior por "abandonar al medio rural". Pero el sentido común dictaba que, si así fuese, ya era casualidad que dicho abandono se tradujera en incendios justo cuando han cambiado los responsables de apagarlos. De modo que han aumentado la apuesta: hay más incendios porque los cesados se están vengando. Empezó Narbona, continuó la artillería mediática y hoy Rubalcaba, tras mostrar su incompetencia en la gestión del conflicto del Prat, nos ha hecho recordar por qué se le tiene tanto respeto entre los propagandistas: Galicia sufre "una nueva tipología" de incendios "estratégicos" y "planificados con muy mala intención", que "exige un grado de preparación en quien los provoca muy llamativo".

Mientras, la misma Guardia Civil reconoce en la televisión pública gallega que los incendios intencionados responden a muy distintas motivaciones. Todos los años ha habido detenciones y, de tanto en tanto, alguna de ellas era un retén pirómano. También sucedía cuando gobernaba el PP. La diferencia es que muchos de los fuegos que entonces se apagaban en pocas horas cuando eran pequeños, ahora la incompetencia política los deja agrandarse y provocar un daño irreparable.

Tres veranos con el PSOE al frente del gobierno de España y tres incendios con víctimas mortales en comunidades autónomas gobernadas también por los socialistas. Casualidad, diríase. A la plataforma Nunca Mais, sin embargo, le faltó tiempo de cargar la culpa del hundimiento del Prestige a los ejecutivos regional y nacional, pese a que los incendios son un acontecimiento previsible y que tiene lugar todos los veranos, mientras que el hundimiento de un petrolero es un hecho probable pero aislado e impredecible. Curiosamente, Nunca Mais hoy exculpa al gobierno y lanza sus dardos a otro lado. "Puede ser cosa de los hombres. Hombres que no soportan haber perdido el poder. Decían amar su patria, pero sólo amaban el sillón. La patria prefieren verla quemada", ha dejado escrito uno de los intelectuales orgánicos que forman parte de la misma, por supuesto sin aportar prueba alguna que permita mantener su infamia. Esas ya se buscarán y encontrarán y, si no existen, pues bueno. Todos recordamos el precedente del caso Bono.

En un momento en que el Gobierno llama "hombres de paz" a los terroristas etarras, los pirómanos han pasado a ser "terroristas forestales". Y dado que ahora todos ellos, por arte de birlibirloque, han pasado a engrosar las filas del PP, sólo resta esperar a que le apliquen la Ley de Partidos. Ganas no faltan.

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